Mestizos Magazine

¡Animales en peligro! Extinción histórica

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Jirafas, elefantes, tigres, pandas rojos, lémures ruffo, pingüinos de Humboldt, loros Tricahue y ranitas de Darwin, entre muchas otras especies, podrían desaparecer si no actuamos a tiempo. Las causas son todas provocadas por el ser humano y nuestro país no se escapa de esta terrible realidad. ¿Estamos haciendo algo por cambiarla?

Por Isabel Pinto G. Ilustración: Faunánimo  Fotografías: Gonzalo Muñoz. Hace un tiempo, las imágenes de un oso polar desnutrido, captadas por Paul Nicklen en la Isla de Baffin y difundidas por National Geographic, revelaron las consecuencias del calentamiento global en la fauna. La grabación muestra al animal caminando lenta y agónicamente en busca de algún alimento entre las piedras. “Mi equipo estaba luchando contra las lágrimas y sus emociones, al documentar a este oso polar moribundo. Es una escena estremecedora que aún me persigue”, escribió el fotógrafo, cineasta y biólogo marino canadiense, en el texto que acompañaba al video. Esta realidad no es ajena a nuestro país, donde a comienzos de año, un puma fue rescatado desde un árbol en la comuna de Lo Barnechea. Si bien muchos se preguntaron por qué el felino se había acercado a una zona residencial, lo cierto es que fue al revés: el ser humano ha invadido su territorio.

Después de los dinosaurios...

“Estamos en una ola de extinción en masa, a tasas mil veces más rápidas de lo que debieran. Es un momento crítico del planeta, con una merma impresionante de especies. Si no actuamos ahora, después será muy tarde y las futuras generaciones no conocerán a los animales en la naturaleza como los hemos hecho nosotros”, explica Alejandra Montalba, directora del Zoológico Nacional, enfatizando que la situación es crítica. “La última extinción en masa, que corresponde a la quinta, fue la de los dinosaurios. A ese nivel de pérdida de especies estamos enfrentándonos hoy. Es así de dramático”, advierte. “La diferencia es que en el caso de los dinosaurios, las causas fueron naturales y ahora la responsabilidad es del hombre. Es el ser humano el que tiene la facultad de actuar y frenar esto, antes de que sea demasiado tarde. Chile no es ajeno a la realidad mundial: seis de cada diez especies de fauna nativa están en peligro de extinción. Hay que crear conciencia”, puntualiza. La amenaza de desaparecer que viven hoy los animales tiene su origen, principalmente, en las acciones humanas, que han provocado la pérdida de su hábitat por modificaciones de suelo para terrenos agrícolas, crecimiento de ciudades, sobreexplotación de bosques, deforestación, introducción de especies exóticas invasoras... “Todo esto hace que haya presión del hombre a la fauna, sumada al cambio climático. Estamos presionando al planeta, haciendo que se destruya delante de nuestros ojos. La gente debe entender que vivimos gracias a lo que nos entrega la Tierra, pero que los recursos que nos da son limitados. Vamos de mal en peor y el momento de actuar es ahora”, insiste Alejandra Montalba.

Rol del zoo

Hace tiempo que los zoológicos dejaron de ser sólo centros de exhibición de animales. Muchos de estos recintos en el mundo se han transformado en instituciones enfocadas en la educación para la conservación de la fauna. “Tú no puedes cuidar algo que no amas y no puedes amar algo que no conoces. Por lo tanto, para tener esa sensibilidad, debes estar en contacto con los animales. La situación es dramática, hay que evitar que los animales desaparezcan. Si se sigue cazando un elefante cada 15 minutos, que son 96 elefantes diarios, en una generación más no van a existir en la naturaleza”, pronostica Alejandra. “Investigación, conservación y educación son los pilares fundamentales de los zoológicos modernos -añade-. Este tipo de instituciones estamos siendo verdaderas arcas genéticas para poder salvar a algunas especies. El guacamayo de Spix, o guacamayo azul de Río, desapareció de la naturaleza y los únicos que quedan están en zoológicos. La esperanza de poder repoblar el planeta depende del trabajo que se está haciendo en estos recintos, donde hay manejos cooperativos de especies, de genética, de movimiento e intercambio de animales. Los ejemplares deben ser genéticamente lo más aptos posible para poder introducirlos nuevamente en la naturaleza, cuando estén las condiciones adecuadas. La gente tiene la imagen de una naturaleza maravillosa con animales felices, pero no es así: ellos sufren, pasan hambre, frío, depredan a las crías. Además, hay cada vez menos recursos, más especies invasoras, agricultura, ciudades... La naturaleza hoy no es lo que uno idealiza como un paraíso para los animales. Por el contrario, está cada vez peor”, sentencia la directora del Zoológico Nacional.

animales en peligro de extinción

Día de la Fauna Chilena

El Instituto Jane Goodall -que tiene una sede en Chile- trabaja promoviendo la conservación de los chimpancés en el mundo, así como también la educación ambiental a través de Roots & Shoots, programa que en nuestro país impulsa la conmemoración del Día de la Fauna Chilena, celebrado por primera vez el 8 de noviembre del 2014. Alexandra Guerra, directora ejecutiva del Instituto Jane Goodall Chile, destaca que la iniciativa busca que la gente conozca valores y proteja las especies nativas del territorio. “Notamos que los niños y la población en general se sentían muy sensibilizados con los problemas de conservación que habían tenido mayor difusión, relacionados con animales africanos, como el elefante y la jirafa. Sin embargo, no manifestaban esa afectividad con la fauna nativa chilena. Y si las generaciones actuales y futuras no logran sensibilizarse con las especies originarias del país, es poco lo que podemos hacer para conservarlas”. La profesional destaca que, a la fecha, “ni siquiera se ha logrado describir a todas las especies nativas que tenemos. Lo que sí se sabe es que el 70% de los 368 animales que están clasificados bajo alguna categoría de amenaza, se encuentran en peligro de extinción. La cifra nos alarma bastante, ya que más de treinta mil especies, considerando flora, fauna y hongos en Chile, son nativas. Que estén en alguna categoría de riesgo o amenazadas en su estado de conservación es preocupante, grave, y tenemos que abordarlo con esa seriedad’’. Por lo mismo y con el fin de dar a conocer a nuestros animales, se instauró el Día de la Fauna Chilena. Su celebración se ha llevado a cabo cada segundo fin de semana de noviembre, fecha en la que 35 ONGs, que trabajan por la conservación, investigación o difusión de la fauna nativa, se reúnen en una concurrida feria. “Hay stands entregando información a la gente sobre las diferentes especies, venta de artículos inspirados en fauna nativa, se realizan charlas, talleres, presentaciones de títeres, juegos y actividades lúdicas. Por ejemplo, el año pasado tuvimos un taller de creación de comederos para aves y se ofrecieron recorridos por el Parque Quinta Normal, donde se realiza la feria, con avistamiento de aves y flora”, explica Alexandra.

animales en peligro de extinción

El trabajo efectuado por el Instituto Jane Goodall Chile ha sido de gran importancia, no sólo en la difusión de nuestra fauna y sus necesidades, sino también en la formación de las nuevas generaciones, fomentando en ellas la conciencia a favor de los animales y también de las personas. A través del programa educativo Roots & Shoots, la entidad busca empoderar a jóvenes líderes para que puedan generar cambios positivos en el mundo. Alexandra Guerra explica que, en este sentido, se trabaja en tres vías: “La primera es aporte a nivel comunitario; por ejemplo, niños o jóvenes que estén ayudando a personas a mejorar su situación. Otra es ayuda a los animales, como hicimos en San Felipe, donde teníamos un grupo Roots & Shoots que le enseñó a sus compañeros sobre las especies de fauna nativa que vivían cerca de su colegio, en las faldas de un cerro, donde podían ver especies de zorros, quiques y otros. El tercer componente es la protección del ecosistema, a través de la promoción del reciclaje. Este programa educativo existe en más de 100 países, en los cuales jóvenes que lideran diferentes iniciativas, buscan generar un impacto positivo en cualquiera de estos tres puntos, ya sea para personas, animales o ecosistema”.

Y tú, ¿puedes hacer algo?

Es imprescindible involucrar a la comunidad para poder cuidar el planeta, dar valor a los animales y cambiar lo que está ocurriendo para prevenir su pérdida a pasos agigantados. Por ejemplo, la directora del Zoológico Nacional dice que “los perros no debieran entrar a los parques nacionales y siempre andar amarrados. Hay que tomar medidas más drásticas con los perros asilvestrados, evitar que sigan causando estragos, porque mientras hablamos, están matando guanacos, pudúes, transmitiendo enfermedades a zorros... como sociedad, no podemos dejar que esto continúe. Los gatos también están causando mucho daño en la naturaleza, porque salen a pasear y regresan a sus casas con un ave que no necesariamente es una paloma -considerada plaga-, sino que puede ser un ave nativa. Hay países, como Australia, donde realizan campañas para que la gente mantenga a sus gatos dentro de la casa. Debemos ser responsables de nuestras mascotas”, enfatiza Alejandra Montalba, dejando en claro que, nuevamente, el problema no es de los animales, sino de las personas que muchas veces no saben mantenerlos. Alexandra Guerra, del Instituto Jane Goodall Chile, menciona que una forma de ayudar es a través del consumo: preguntarse si lo que vamos a comprar realmente lo necesitamos. Asimismo, averiguar de dónde vienen los productos que adquirimos, por qué procesos han pasado, si los productores tienen un compromiso responsable con el medio ambiente y también si poseen un compromiso de responsabilidad social con sus empleados. Tratar que los componentes sean sustentables, reutilizables o reciclables. “Otra forma en la que podemos ayudar impactando de forma indirecta a la fauna nativa, es dando a conocer a estos animales. Si le enseñamos a otras personas sobre el pingüino de Humboldt, por ejemplo, estaremos aportando a una sensibilización mayor, porque más gente inspirará después a otros respecto a este animalito. Una comunidad informada puede generar los cambios necesarios a nivel legislativo, exigiendo a sus autoridades una mayor preocupación y el establecimiento de nuevas normativas a favor de la conservación de nuestras especies”.

Lo más grave

En su rol de centro de conservación, el Zoológico Nacional alberga animales amenazados, como los jaguares, y en peligro, como los tigres y el panda rojo. De este último quedan menos de dos mil ejemplares en la naturaleza y la especie forma parte de un programa internacional de reproducción. “Tenemos y estamos en un programa internacional del Lémur Ruffo, que está en peligro crítico de extinción, por lo tanto, si no nos ponemos las pilas ahora, este animal va a desaparecer en los próximos diez años. En el zoológico se han reproducido dos veces, son siete ejemplares, cinco crías y los padres. Están a disposición del plan internacional para que se pueda mantener la genética y no tengamos cruzas entre parientes. Ha sido súper bueno poder aportar, porque es una especie que está súper amenazada’’, menciona la directora. [caption id="attachment_5828" align="aligncenter" width="918"]

Alejandra Montalba, Directora del Zoológico Nacional

Alejandra Montalba, Directora del Zoológico Nacional[/caption] “La gente ve estos animales, que son maravillosos, y nosotros les pedimos que hagan cosas. Ayudamos a elegir, por ejemplo, el uso de papel sustentable, que compres un papel que tenga el sello FSC. Entonces, dices voy a ayudar con esto a los lémures, que los vi y me encantaron. Eligiendo ese papel, ayudas, porque una de las principales amenazas de ese lémur es precisamente la deforestación. Puedes colaborar con la mayoría de los animales y el planeta completo. Nosotros educamos en cambios a nivel global, que generen acciones para evitar que esto siga pasando’’, agrega Alejandra Montalba. La ranita de Darwin, que está en peligro de extinción; cisnes y coscoroba son otras de las especies que residen en el recinto ubicado en el cerro San Cristóbal. Así también, tienen proyectos de conservación y educación, que forman parte de estrategias nacionales para salvar especies como los pingüinos de Humboldt, los flamencos y el cóndor andino, entre otros.

• Pingüinos de Humboldt:

Cuentan con monitoreo de colonias en vida silvestre. Alejandra Montalba menciona que “cuando hay huevos abandonados, los rescatamos. En el zoológico tenemos una población genéticamente sana, para que cuando estén las condiciones adecuadas, podamos reintroducirlos a la naturaleza”. Asimismo, están haciendo un proyecto en un islote en Pichidangui, preocupándose de que el lugar esté en perfectas condiciones. Para eso, van a la localidad, educan a la comunidad y realizan charlas, reconocimiento de especies y limpieza de playas, actividades en las que las personas participan para dar valor al islote. Incluso, muchos lugareños no sabían que había pingüinos de Humboldt en esa zona. La idea es que en un futuro puedan ser reintroducidos.

• Ranita de Darwin:

Forman parte de un programa binacional de Chile y Argentina, enfocado en la conservación de la especie. Han logrado obtener el ciclo completo de su reproducción con el fin de repoblar.

• Flamenco andino:

Realizaron una investigación de su estado sanitario en la naturaleza. Luego, junto con Conaf, les pusieron transmisores satelitales para seguir sus movimientos y sus zonas de agregación, con el fin de saber dónde llegan a anidar y protegerlos.

• Cóndor andino:

Hace muchos años trabajan con esta especie. Comenzaron en la Fundación Bioandina y junto con Argentina, en el programa Cóndor, pudieron liberar en la naturaleza a más de 140 ejemplares, muchos de ellos nacidos en el zoológico. ‘’Tenemos una pareja que en algún minuto fue capturada y traída para acá. Genéticamente, son muy valiosos, sus pollos eran criados y liberados en la naturaleza con seguimiento satelital’’, cuenta Montalba.

Zonas protegidas

Codeff, el comité Pro-defensa de la flora y fauna para la conservación de la naturaleza, el medio ambiente y la promoción del desarrollo sustentable, cuenta con áreas silvestres protegidas. Además, se preocupa de la rehabilitación de la fauna nativa y de la educación ambiental. María José Abarca, encargada del Centro de rehabilitación de fauna silvestre de Codeff, comenta que aquí se trabaja principalmente con aves. “La especie que más llega es el Loro Choroy, que en la última actualización salió de la categoría de peligro y está en preocupación menor. Si es factible, se liberan, porque las aves llegan sin saber volar. Se trabaja el tema conductual y sanitario. La idea es que consigan desenvolverse como un animal de su especie, pero sin contacto con los humanos, porque los que estaban en una casa no saben buscar comida, están en jaulas de 50x50 cm, muchas veces ni siquiera pueden extender las alas, llegan con la musculatura atrofiada y hay que trabajar con ellos”. También reciben Loros Tricahue de la subespecie endémica de Chile, Cyanoliseus patagonus bloxami, considerada en peligro. En cuanto a las labores de conservación en áreas protegidas destaca:

• Santuario de la naturaleza “Los huemules del Niblinto”:

forma parte del corredor biológico nevados de chillán-laguna del laja y se ubica en la comuna de Coihueco, Región del Ñuble. Es un área de 7.530 hectáreas, con ríos, arroyos, escarpadas laderas y una laguna cordillerana. Se trata de uno de los sitios de mejor calidad ambiental para el desarrollo de la vida de los huemules, especie nativa en peligro de extinción. “Es una de las zonas más importantes en este sentido, por lo que se conserva el ecosistema. La idea es preservarles el medio ambiente, el estado natural de la zona y que estén seguros en ese espacio, donde nadie puede intervenir”, explica María José.

• Humedal Chepu:

se ubica a unos 36 km al suroeste de Ancud y hacia el noroeste de la Isla grande de Chiloé, Región de Los Lagos. Cuenta con una superficie de 430 hectáreas, con bosques y fauna, que en gran parte es endémica de Chiloé, pero presenta algunos problemas en su estado de conservación. Hay animales de preocupación menor, como el coipo; de vulnerabilidad, como el guiña y el pudú, uno de los ciervos más pequeños del mundo. En peligro, está el huillín y en peligro crítico, el zorro chilote de Darwin.

Aves amenazadas

Pedro Pablo Rosso es coautor de “Guía de campo: aves de las costas y mares de Chile” y se refirió a las especies que habitan nuestro país: “por ser muy comunes en gran parte del litoral, las aves marinas más conocidas son la gaviota dominicana, el pelícano y el cormorán yeco. En cambio, la gente sabe menos de aquellas especies costeras migratorias y oceánicas. La única excepción podría ser el playero blanco. A quienes frecuentan las playas durante el verano, les suelen llamar la atención las bandadas de esta ave pequeña, con apariencia de pollito, que corre de manera incesante por la arena húmeda, como huyendo de las olas y persiguiéndolas cuando se retiran. Invariablemente, las personas se asombran al enterarse que no son ‘pollitos de gaviota’, sino adultos de una especie migratoria que anida en el Hemisferio Norte, dentro del Círculo Polar Ártico”. Los autores de este texto estimaron en Chile un total de 105 especies que circulan por las costas y océanos, considerándose amenazadas a nivel mundial unas 22 aves marinas. “De ellas, la mitad tiene colonias de nidificación en nuestro país, algunas en forma exclusiva”. Rosso es enfático en afirmar que todos los chilenos tenemos la responsabilidad de conservación de las aves en amenaza. “Me refiero a la fárdela blanca y a las fárdelas blancas de Juan Fernández, de masatierra y de masafuera. Todas se consideran amenazadas en la categoría de ‘vulnerables’ por la concentración de sus colonias de anidación en un área de tamaño reducido. Esto las hace vulnerables a ser diezmadas por eventos naturales, como incendios, aluviones o tsunamis, y por el ataque sostenido de predadores introducidos por el hombre, como perros, gatos y ratas. en nuestro país nidifica también una proporción muy importante de las poblaciones de otras siete especies consideradas ‘vulnerables’, como los pingüinos de Humboldt, de penacho amarillo y macaroni; el yunco, el gaviotín chico y los albatros de cabeza gris y de ceja negra. Con respecto a los albatros, chile ha logrado resultados encomiables con el plan de acción nacional para reducir las capturas incidentales de las aves marinas en las faenas de pesca, pero el problema no está totalmente resuelto en la zona norte”. Allí es donde está uno de los principales desafíos del país en esta materia.  

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