Perros y Gatos

Cuando parten... ese día que nunca quisiéramos que llegara

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Quienes tenemos animales a los que amamos, le tenemos terror a el día en que nos tengamos que despedir. Es muy difícil prepararse y si bien no todos reaccionamos igual ante una pérdida, es importante entender que sí estamos frente a un duelo.

Quienes tenemos animales a los que amamos, le tenemos terror a el día en que nos tengamos que despedir. Es muy difícil prepararse y si bien no todos reaccionamos igual ante una pérdida, es importante entender que sí estamos frente a un duelo.

Como seres humanos sabemos que es muy probable que nuestro perro parta antes que nosotros, objetivamente viven menos, sin embargo, saber este hecho no minimiza la pena. Racionalmente es así, pero no sabemos al iniciar una relación con nuestro perro el tipo de vínculo que tendremos. Puede haber uno muy estrecho, pero tal como cuando uno inicia una relación de pareja sabe que puede terminar, no por eso va a estar preparado si eso ocurre, no por eso vas a dejar de sufrir.

La relación que tengo con un perro traspasa lo racional y hace que lo emocional predomine, en la medida que el vínculo va creciendo. Si a esto le sumamos que en la sociedad actual los perros -en el caso de muchas familias y parejas- es visto como un hijo, ya sea porque decidieron retrasar la maternidad o porque, definitivamente, la descartaron.

El duelo es el duelo, y se vive de manera similar, no igual, dependiendo de la persona que lo experimenta y no dependiendo de quién genera el dolor. Es un tema personal en el que los juicios de valor no tienen cabida. Se trata de un momento difícil que nunca queremos imaginar, pero que es importante vivir cada una de sus etapas.

-Negación:

En el caso de una mascota puede vivirse de varias formas. Hay dos maneras más comunes de vivirlo, primero negarse al diagnóstico de enfermedad o a que la eutanasia –muerte digna- es una opción real. Otra forma es negarse a aceptar que la muerte de tu perro sea motivo de profundo dolor.

- Enojo:

Por qué a mi perro, por qué esta enfermedad tan extraña, por qué el veterinario no hizo nada, por qué nadie me entiende.

- Tristeza:

Es la etapa donde comienza a vivirse el dolor, pero de una manera mucho más sanadora. Es legítimo que lloremos, que sintamos angustia y que nos lamentemos profundamente por lo ocurrido.

-La aceptación:

Es cuando recordamos los momentos vividos con nuestro querido perro, y también puede que sintamos que somos capaces de poder adoptar nuevamente”.

Fuente: Guía del Perro Mestizo Chileno, editorial Planeta.

Foto de 

Blue Bird

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