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Eutanasia ¡No los dejes solos!

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El testimonio de un veterinario que alertó sobre muchos humanos que dejaban solos a sus animales al momento de aplicar la eutanasia, puso la atención sobre el sufrimiento de las mascotas a la hora del adiós. Acá te contamos cómo ayudarlos hasta el final.

El testimonio de un veterinario que alertó sobre muchos humanos que dejaban solos a sus animales al momento de aplicar la eutanasia, puso la atención sobre el sufrimiento de las mascotas a la hora del adiós. Acá te contamos cómo ayudarlos hasta el final.

Por Carola Reyes

Para nosotros, como humanos, es devastador perderlos. Pero, por favor, te ruego que NO LOS DEJES SOLOS”. La frase, refiriéndose al momento en que hay que tomar la decisión de aplicar eutanasia para terminar con el sufrimiento de una mascota, fue parte del testimonio de un veterinario que el Hillcrest Veterinary Hospital de Sudáfrica compartió en su fanpage de Facebook. El posteo sigue con: “No le hagas la transición de la vida a la muerte en una habitación llena de extraños, en un lugar que no conoce. Lo que ustedes necesitan saber, y que la mayoría no sabe, ¡es que tu mascota te buscará cuando tú lo dejes! Buscan en cada rostro de la habitación a su amado humano y no entienden por qué los has dejado cuando están enfermos, viejos o muriendo, y ellos necesitan de tu consuelo y mimos. No seas cobarde porque la situación es dura para TI”. El comentario sigue y profundiza en cómo muchos dueños de animales los dejan en la consulta, solos, cuando deben “hacerlos dormir”. El posteo lo firma “un veterinario con el corazón destrozado”.

Despedir a una mascota es una situación que tarde o temprano la gran mayoría vamos a enfrentar y, tal como dice el texto viralizado en redes sociales, se trata de una experiencia durísima. Sin embargo, no debemos perder de vista el bienestar de ellos y, por lo mismo, buscar lo mejor, hasta su último minuto de vida.
La médico veterinaria María José Ubilla, especialista en etología clínica y bienestar animal, aclara que sacrificio y eutanasia no son sinónimos, ya que esta última es “el procedimiento correcto en la atención clínica de animales que están sufriendo y su calidad de vida está muy afectada”.

La doctora, quien también es creadora de Edupet (www.facebook.com/EdupetSantiago) y del blog La Consulta del Gato, opina que en el citado testimonio “muchos médicos veterinarios se sienten reflejados y el colega habla no sólo desde el corazón, sino del reconocimiento de que los animales son seres sintientes, capaces de manifestar distintas emociones en relación a las situaciones y contextos que viven”.

El día que no queremos que llegue

Seguro sólo pensar en que debemos despedir a un ser que amamos nos aprieta el corazón. “El comportamiento humano en situaciones de este tipo es similar en distintas partes del mundo, donde en muchos casos, existen personas que no tienen interés real por la salud de sus animales y tampoco por el proceso de eutanasia. Sin embargo, también hay ocasiones en que los responsables de ese paciente lo consideran desde su adopción un integrante de la familia, y entre este tipo de personas están quienes desean acompañar a su animal en el proceso de muerte humanitaria, aunque ello pueda causarles gran dolor emocional. Otros simplemente no soportan estar presentes. Estas familias pasan por un proceso de duelo, al igual que cuando se produce la pérdida de un familiar”, detalla la doctora Ubilla.

¿Qué ocurre con el comportamiento de los animales que mueren? Muchos se escapan/esconden horas o minutos antes de su partida; sin embargo, en algunos de esos casos, han manifestado previamente algún signo de enfermedad o cambio conductual, que no siempre ha sido debidamente tomado en cuenta por sus responsables. “Otros, por edad avanzada e incluso si están recibiendo tratamiento para alguna enfermedad puntual, pueden morir naturalmente en sus casas. Muchos pueden mostrar signos de sufrimiento, producto de una afección o una lesión importante, y ante esta situación sus responsables deciden eutanasiarlos”, declara.

María José Ubilla explica que este procedimiento, que significa “buen morir”, es “una sugerencia que podemos realizar a los responsables de un animal que se encuentra grave, padeciendo alguna enfermedad incurable o crónica muy avanzada, o bien en casos extremos en que el bienestar mental y físico está seriamente deteriorado”. Enfatiza que este proceso nunca se puede realizar sin autorización del responsable de la mascota y tiene que llevarlo a cabo un profesional capacitado, es decir, un médico veterinario con experiencia, quien debe efectuar un análisis del caso y tomar la decisión del fármaco que utilizará y la dosis adecuada. “Su elección se debe basar en el conocimiento científico y actualizado del método, de manera que se logre la conjunción de características tales como eficacia, rapidez, irreversibilidad y no causar dolor. Por supuesto, tiene que ser un procedimiento muy respetuoso, nunca de forma apurada, idealmente en un espacio tranquilo y, antes y durante el mismo, debe manejarse de la forma más humanitaria al paciente”, detalla la profesional, agregando que existen varias acciones “fear free” (libres de temor) que se pueden aplicar y que ayudan a prevenir estados emocionales negativos, como miedo y ansiedad, en los animales. “Además, antes, durante y después, se debe manifestar el mayor apoyo a la familia”, sentencia.

Cuando llega el momento

¿Qué podríamos hacer nosotros, sus humanos, para hacerlos sentir cómodos y tranquilos en caso de tener que eutanasiar? “Transmitir tranquilidad, entregar cariño, contención y utilizar herramientas de las que disponemos para generar conductas calmas en ellos. Una alternativa es trasladarlos a la clínica u hospital veterinario envueltos en una manta impregnada de feromona sintética de apaciguamiento. Ojalá llevarlos al centro veterinario de cabecera, que conoce al animal y podrá empatizar más efectivamente con la situación, o bien, solicitar que el profesional acuda al domicilio”.

En el caso de querer hacerlo en nuestra casa, es importante analizar el caso. “Si el animal está muy grave, quizás es mejor llevarlo a un centro médico, por cualquier otro manejo clínico que se requiera o para apoyar el procedimiento con otros profesionales y técnicos del equipo. Cuando se cuenta con antecedentes de pacientes que históricamente han mostrado miedo e incluso fobia de asistir a la clínica, lo más adecuado sería realizarlo en el hogar”, concluye.

Guía del Perro Mestizo Chileno

En uno de los capítulos del libro Guía del Perro Mestizo Chileno, se trata el proceso del duelo para los humanos que han perdido a uno de sus animales. Desde la mirada de la sicología, es importante vivirlo sin saltarnos etapas o creer que el resto podría opinar “si es sólo un perro...”. El dolor que se experimenta es muy fuerte en muchos casos y puede ser similar al que sentimos cuando parte un ser querido. La única diferencia es que podría ser más corto:

• Negación: a un diagnóstico o al hecho de tener que enfrentarse a una eutanasia. También hay personas que se niegan a aceptar el dolor que sienten.

• Enojo: expresado en pensamientos como “¿Por qué a mi perro?”, “¿Por qué nadie me entiende?”, “¿Por qué el veterinario no hizo nada?”.

• Tristeza: etapa en la que comienza a vivirse el dolor, pero de manera mucho más sana.

• Aceptación: fase que nos permite recordar los buenos momentos vividos junto a nuestro perro o gato y, a la vez, sentir que podríamos volver a adoptar.

Foto de Leon Natan en Pexels.

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