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Derechos de los animales en el Congreso ¿En qué van?

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Hace ya algunos años, la lucha por los derechos de los animales pasó de la calle a los pasillos del Congreso Nacional, donde se busca la creación de nuevas leyes que garanticen la protección integral de los seres vivos.

Por Luis Felipe Caneo.

En octubre del 2015, en dependencias de la Biblioteca del Congreso Nacional en Valparaíso, se lanzó oficialmente la Bancada de Parlamentarios por la Dignidad Animal, PARDA-Chile. La instancia busca ser “una bancada transversal, técnica, no adscrita a ninguna tendencia política concreta, integrada por congresistas de Chile interesados en avanzar en la dignidad y bienestar animal, mediante el trabajo coordinado de profesionales y expertos interdisciplinarios en esta materia”.

Actualmente la bancada se encuentra conformada por los diputados Vlado Mirosevic (PL), Giorgio Jackson (RD), Maya Fernández (PS), Cristina Girardi (PPD), Karol Cariola y Camila Vallejos (PC), Karla Rubilar (ex parlamentaria), Ramon Farías (PPD), Raúl Saldívar (PS) y Alberto Robles (PRSD). Con el pasar del tiempo, se han ido sumando nuevos parlamentarios como Tomás Hirsch (PH), Catalina Pérez (RD), Félix González (PEV), Claudia Mix (Comunes), Natalia Castillo (RD) y Alejandro Bernales (PL).

A inicios de octubre del año pasado, estos parlamentarios lanzaron su segundo periodo de trabajo legislativo haciendo hincapié en los siguientes temáticas: apoyo en la gestión del proyecto de ley que declara al Médico Veterinario como profesional de la salud, redoblar esfuerzos para avanzar en la prohibición del testeo en cosméticos, apoyar y abordar de forma detallada lo relacionado al estatuto jurídico de los animales, modificar la Ley de Copropiedad Inmobiliaria en cuanto a la tenencia y convivencia de animales de compañía, ampliar el rango de animales de asistencia, prohibir el uso de animales como disuasivos para manifestaciones, prohibición del uso de animales en circos y carreras de galgos, y regular el transporte de animales de compañía, entre otros. “No obstante, y debido al contexto político y social que actualmente sacude el país, la prohibición del uso de animales como elementos disuasivos en manifestaciones toma claro protagonismo en las temáticas a trabajar en este año 2020, así también su estatuto jurídico y la integración de los animales en la Constitución Política de Chile. En los últimos días, la diputada y fundadora de PARDA, Cristina Girardi, junto a un grupo de parlamentarios, ingresó un proyecto de ley que prohíbe el uso de animales como herramientas para disuadir todo tipo de manifestaciones sociales y actos de desórdenes públicos. Esto, tomando en consideración el llamado de preocupación por parte de la sociedad civil organizada y el Colegio Médico Veterinario, gremio que a finales del 2019 hizo un enfático llamado a Carabineros a no exponer innecesariamente a caballos en manifestaciones”, señala el equipo técnico de PARDA.

LOS AVANCES

1) Carreras de galgos:

Actualmente existen dos proyectos de ley aprobados al respecto, uno ligado a la prohibición de las carreras en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, y otro referente a la regulación, que fue votado favorablemente por la Comisión de Agricultura de la Cámara Baja. Ahora deben ser debatidas y votadas en sala. Sin embargo, expertos como la abogada Nora Undurraga, presidenta de la Fundación para el Apoyo al Bienestar Animal, señalan que el proyecto que busca regular las carreras debe ser rechazado, porque “la actividad privada de algunos, para beneficio y entretención de algunos (carreras de perros), no está contemplada como materia de ley, y ni siquiera debe admitirse a tramitación. No puede regularse una actividad que es generadora de maltrato animal”.


2) Rodeo:

El diputado Félix González presentó una moción que buscaba declarar al rodeo como una acción de maltrato animal y, a consecuencia de lo anterior, prohibir su realización en Chile. Esta iniciativa fue rechazada por la Comisión de Medio Ambiente, y se espera que las próximas semanas sea puesto en tabla para que la Cámara Baja se pronuncie en torno a la propuesta. “La práctica del rodeo es posible cuestionarla no sólo desde el ámbito de la denuncia por maltrato animal, sino también desde el prisma jurídico. El riesgo es que los partidarios del rodeo crean que están actuando en un marco de algo lícito, cuando en realidad están cometiendo un delito, de acuerdo al Código Penal. No es subjetivo, sino totalmente objetivo”, indica María Celeste Jiménez, presidenta de Animanaturalis Chile. La abogada agrega que “esto va más allá que la gente defensora del rodeo hable de deporte y la considere una actividad lícita; es algo que el derecho penal lo debe considerar, no ellos”.

3) Caza de perros:

Se refiere a la caza de perros asilvestrados en zonas rurales o áreas naturales protegidas, proyecto que fue ingresado el 28 de noviembre del 2018. Propone, por ejemplo, “la declaración de los llamados perros asilvestrados como especie invasora, y la autorización respectiva para su caza, en caso de que el animal esté fuera de zonas o áreas urbanas y de extensión urbana, a una distancia superior a 200 metros de cualquier poblado o vivienda rural”. También señala que la persona que efectúe acciones o actos en protección de personas y del ganado del que sea dueño o responsable, deberá encontrarse inscrito en una Asociación Gremial de Agricultores u organización afín, con el objeto de quedar exento de las sanciones establecidas en el artículo 291 bis del Código Penal.

NO SON MUEBLES

José Binfa es abogado de la Fundación Abogados por los Animales (APLA), y a su juicio “una de las prioridades legislativas debe ser la modificación del estatuto jurídico de los animales, pues los animales no son muebles y merecen el estatus de seres dotados de sensibilidad, acorde a la realidad, a las nuevas tendencias del derecho comparado y a los avances científicos en materia de neurociencia. Consiguiendo una reforma de este tipo, lo lógico sería adecuar el resto de la legislación para erradicar aquellas formas de explotación hacia los animales en actividades seudodeportivas o espectáculos como rodeo, carreras de perros y circo con animales, por ejemplo, y el testeo industrial en animales”.

Desde la Fundación Arca, la abogada María José Chible reconoce que los últimos años se ha avanzado en la denominada legislación animal, pero todavía hay presente desafíos en materia penal con la incorporación de conductas agravantes, como la prohibición expresa de la zoofilia o del tráfico sexual de animales, o la incorporación expresa del animal no humano como víctima. También se necesita avanzar en materia de tenencia responsable, “con la incorporación del concepto de convivencia responsable, mejor regulación a la eutanasia, la prohibición de compra y venta de animales de criadero, una regulación de la esterilización enfocada en el bienestar de la mascota como individuo por sobre la regulación de la esterilización como política pública sanitaria, la incorporación del animal de compañía en la regulación de la familia, y por supuesto, una regulación más detallada de las otras especies que son animales de compañía sin ser perros”, indica.

Otra área que requiere ser regulada legislativamente es la relativa a actividades de la agricultura y acuicultura industriales de animales, áreas económicas que son “responsables de problemas complejos y silenciosos, que afectan al medioambiente y a una gran cantidad de animales humanos y no humanos”, explica Diego Plaza Casanova, director ejecutivo del Centro de Estudios de Derecho Animal. Agrega que los animales de granja están excluidos de las protecciones bienestaristas generales, y son objeto de prácticas usuales y crueles que se encuentran normalizadas. “La situación más grave se produce en las operaciones concentradas de alimentación de animales (CAFOs), en donde éstos son engordados, medicados y confinados. Estos establecimientos son responsables no solo de un gran sufrimiento para los animales, sino también de contaminar el aire, agua, suelo y subsuelo de las comunidades aledañas”, indica.

El experto asegura que en la acuicultura chilena existe un uso indiscriminado de antibióticos; mientras en Noruega se utilizan 0.17 g. de antibióticos por tonelada de salmón, en Chile se ocupa hasta un kilo, contaminando el medio acuático y contribuyendo al desarrollo de superbacterias resistentes a los antibióticos que afectarían a animales humanos y no humanos.

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