Mestizos Magazine

Francesca y Claudia Conserva: Hermanas animal lovers

Claudia y Francesca Conserva 800 |

La hermana menor de la conductora de TV (MILF), dedica gran parte de su tiempo a la ayuda y rescate de perros callejeros. Una causa que se convirtió en uno de los grandes motores de su vida. Ambas se apoyan y comparten el amor por los animales desde sus propias veredas. Aquí cuentan cómo se complementan.

Por Jessica Celis.

Cuando hace 3 años Francesca Conserva (38) decidió cambiar el ajetreo de la ciudad por un entorno tranquilo, cerca de la naturaleza, nunca imaginó lo que allí encontraría. Su nuevo hogar, ubicado en el sector de Santa Elena, en Colina, le mostró un nuevo mundo: el de los perros abandonados. Llegó a vivir allí con su hijo José Tomás (16) y su mamá, María Liliana Pérez.

“Me topé con la cruda realidad de los perros sin casa. Antes los veía con sus dueños, paseando y jugando, y claro, alguno que otro deambulando solo, pero acá me encontré con el mundo real. Habían perros en muy malas condiciones, atropellados, y ¡estaban por todos lados! Estaba y está la escoba. Fue ahí cuando comencé a ocuparme del tema, partiendo por llevarles comida, ver la manera de encontrarles un hogar”, cuenta la menor de los hermanos Conserva- Pérez.

Francesca se hizo responsable de una manada, a la cual visita todas las noches. Sin embargo, sumó otro flanco inesperado: varios de sus vecinos no están de acuerdo con su labor. “He curado y sacado a muchos perros de allí, creé un lazo. Subía fotos y transmitía en vivo en Instagram. Era algo de todos los días, pero ahora he recibido la persecución de algunos vecinos a los que no le gustan los perros. Me sacaron fotos, giraron cámaras de la empresa de seguridad para ver si yo les estaba dando comida, tomaron la patente de mi auto”, relata.

¿Qué sucedió en ese momento?

Seguí yendo hasta que dijeron que uno de los perros había mordido a un niño. Me ocupé del tema pero nunca hubo un registro, denuncia o fotos de ello. Tras ese episodio, se dio la orden de echar a los perros al cerro. Yo ahí no puedo ir a darles comida y desterrarlos es mucho peor porque cuando bajan son más salvajes y eso fue lo que pasó. Además la manada creció con nuevas crías que son agresivas y están mordiendo.

¿Qué sientes tras este episodio?

Me pone muy triste la actitud de la gente. Me da pena su desinformación. Creo que no hay perros ni razas malas, ni más violentas al momento de nacer. Sí, todos tienen una agresividad innata que es por supervivencia. Entonces ¿qué pasa? Son las hembras las que le dan las enseñanzas a sus cachorros. Yo tengo puras hembras con miedo y eso significa que están siempre a la defensiva. Tengo dos amigas con las que nos complementamos para ocuparnos de los perros y nos apoyamos. ¿Pero qué podemos hacer si cuando no estamos, les tiran piedras para echarlos? Así no se puede. Si no me dejan actuar para ayudar a esa hembras, esterilizarlas ¿cómo vamos a solucionar el problema? Los perros se domestican, son seres sociales, pero si no nos dejan ayudarlos, es imposible que se logren los cambios. Si podemos recuperarlos, tenerlos contentos, es mucho más fácil que puedan irse en adopción. Y los que no se vayan pueden ser perros comunitarios tranquilos y felices. A nadie le gusta que una manada persiga a alguien, nadie quiere ver perros en la calle, pero necesitamos solucionar.

¿Te sentiste amedrentada?

Sí. Ahora tengo miedo de darle comida por todo lo que me han dicho y hecho mis vecinos. Me da mucha pena todo esto porque no estoy haciendo nada malo. Tengo que andar escondida, como una tránsfuga para poder ayudar a los perros y es imposible conversar con ellos porque no se llega a acuerdo.

Claudia la observa y la mira con ternura. Y a ti Claudia, ¿qué te parece la causa que tomó Francesca?

Maravillosa y alucinante. Ella tiene un amor infinito por los animales, no sólo los perros. Admiro el tiempo que invierte y la admiro. Hubo una época en que dejó todo de lado por dedicarse a los perros, hablaba todo el día de ellos. Nosotras en el programa le dijimos que siga adelante porque es hermoso lo que hace, pero debe hacer otras cosas igual, porque los extremos tampoco son buenos.

¿Cómo es tu relación con los animales?

Me gustan, pero no soy animalista ni participo de alguna causa en particular. Siempre tuve perros, pero grandes, porque vivíamos en parcela, hasta que mis hijos me hicieron una jugada diciéndome que lo único que querían era un perro; que lo cuidarían y sacarían a pasear. Ahora vivimos en departamento, pero como soy de las mamás que les compra todas, les dije que bueno, aunque el Pollo (Juan Carlos Valdivia, su marido), no estaba de acuerdo porque piensa que los perros no deben vivir en departamento.

Así llegó Aslan, un pug que cumplió un año en septiembre, pero no todas las promesas de sus hijos se cumplieron. “Le dan harto amor, juegan con él y lo regalonean, me piden que lo traiga de vuelta cuando la Fran lo cuida; pero todo lo que es su educación, sacarlo a pasear y recoger la caca recayó en mí. No tengo tanto tiempo para eso, pero una se encariña y no te queda otra que asumir la responsabilidad que tomaste. Él es súper apegado, muere por mí. Me sigue a la ducha y a todos lados, está siempre encima mío. Se me mete dentro de la cama, algo que sólo puede hacer si no está el Pollo”, confiesa.

El amor de Claudia por Aslan la llevó a crear su cuenta de Instagram @aslanconserva, que cuenta con más de 23.000 seguidores.

¿Y qué dice el Pollo ahora?

Le costó varios meses pescarlo. Jamás lo trató mal, sino que lo ignoraba. De a poco Aslan lo fue conquistando. Ahora el Pollo ha terminado tomando cerveza en el sillón con él abrazado. Aslan ya no le tiene ni un respeto y se le sube encima.

Fran:

Todo cambió cuando castraste a Aslan.

Claudia:

¡Cierto! Ese fue el punto de inflexión. Cuando se lo iban a llevar a la veterinaria para que lo castraran yo no estaba, y le dije al Pollo que por favor lo entregara. Cuando eso pasó, todo cambió. Me decía: “pobre”... que para qué iba hacer eso y cómo que solidarizó con su “pérdida”. Tiempo después Aslan se escapó en un minuto cuando lo estaba paseando y lo atropellaron. Estuvo súper mal, internado, y ahí el Pollo me dijo que lo fuera a buscar antes de lo que nos habían dicho en la veterinaria:“Ese perro se va a mejorar con amor de familia. Va estar mejor aquí que encerrado en una jaula”. Ahí dije: “Yaaaa...” (suelta una carcajada)... Ahí caché que ya le tenía cariño. Aslan estuvo 3 semanas inválido y lo trasladábamos encima de un cojín hasta que se recuperó. Quedó sin ninguna secuela.

Fran:

Cuando Aslan se queda conmigo la Claudia está pidiéndome fotos todo el rato, y en la noche, hace video-conferencia con él, te lo juro.

Mestizos y de raza

Francesca también tiene su familia perruna puertas adentro: Onur (3); Lola (3) y Tito (6). Todos rescatados. Cuando supo que Claudia había comprado un perro, el humo salía por su nariz.

“A mí me dan lo mismo las razas. Busqué a un perro que no iba a crecer tanto y lo compré en un criadero. Cuando la Fran supo me quería matar”, dice la conductora de MILF.

Fran:

Yo supe como a los dos meses.

Claudia:

En mi ignorancia sólo pensé en el tamaño y cuando ya estaba conmigo me informé cómo los reproducen. Vi videos súper traumáticos, y si los hubiera visto antes, creo que no habría comprado un perro de raza. Aún así, me parece que es respetable que una persona que quiera tener al perro de la raza de sus sueños lo haga.

Francesca, ¿la “perdonaste”?

Entiendo que ella no cachaba nada. Para mí hoy en día comprar un perro me parece heavy y entiendo que hay gente que quiera tener un perro de raza. Lo que no entiendo es por qué los venden, por qué lucran con eso. Sin ese lucro, podrían haber menos callejeros porque a la gente no le interesaría cruzar a sus perros para ganar plata.

Claudia, ¿te preocupa que tu hermana se exponga y le pueda pasar algo malo?

Yo lo tiro a la broma, aunque me preocupa. Con Renato (su hijo mayor), siempre decimos que la Fran va a aparecer devorada por una jauría de perros (risas).

Fran:

Yo les digo, que si les sirve, que lo tomen (risas).

Claudia:

Hablando en serio, siempre le pido que por favor se cuide, sobretodo porque muchas veces toma contacto con perros que no están acostumbrados a relacionarse con las personas. Un perro en malas condiciones te puede atacar, eso es así. Sin embargo, es tan lindo verla llegar y contar sus historias, mostrar sus videos, ver cómo es feliz ayudando a tantos perros.

Actualmente, Francesca cuenta en su manada a 10 perros. Y pese a la oposición de sus vecinos, y que habría la intención de formar una ONG que entregaría un terreno para los perros callejeros del sector, ella sigue trabajando día a día, dándoles la mejor vida que pueda. “No tengo claro lo que puede lograr esa ONG. Toda forma de ayuda se agradece, pero mientras no vea algo concreto, seguiré a diario trabajando por mis perros como hasta ahora. Si yo pudiera, esterilizaría a todas las hembras, castraría a los machos, entregaría en adopción a la mayor cantidad, y a los que no, los mantendría en las mejores condiciones posibles. A la conclusión que he llegado, es que lo mejor que puedo hacer por los perros, es darles mi tiempo”, finaliza.

ASLAN, UN EMBAJADOR FILÁNTROPO

Francesca revela que los costos de mantención y cuidados para los perros que ayuda y rescata corren por cuenta de ella y sus amigas animalistas. “Prefiero no saber cuánto gasto en esto. Es casi secreto de sumario porque si no, me retan (risas)”, dice.

“Nosotras no le pedimos un peso a nadie, aunque la ayuda se necesita. Parte de nuestro sueldo lo destinamos a nuestra causa y hay personas que aportan sin pedirlo. La Maly (Jorquiera) y la Jazmín (Vásquez), por ejemplo, me ayudaron para tratar a un pastor alemán que estaba con quimioterapia. La Claudia también me aporta. Le pidieron que Aslan sea embajador de una marca (Virbac) y ella accedió, a cambio de comida que va para la manada y a quienes podemos ayudar”.

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