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Fundación alemana y chilena se unen para profesionalizar rescatistas

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Profesionalizar y aportar a un mejor manejo de casos y adopciones más exitosas, es lo que busca este acuerdo firmado entre la fundación Finn Domingo y el refugio Patitas sin Hogar, de Chiguayante.

Por Jessica Celis Aburto. Nos falta profesionalizar el trabajo de las fundaciones chilenas, a fin de ayudar en el trabajo que a pulso realizan rescatistas y animalistas. Con eso en mente, se selló un inédito acuerdo entre el refugio Patitas sin Hogar, de Chiguayante, y la fundación alemana Finn Domingo. La idea es concretar un programa que reúna a las organizaciones, en torno a una adopción responsable. El proyecto nació luego que en el 2014, las hermanas María de los Ángeles y Valentina Ruiz decidieron formalizar su labor como rescatistas de perros, a través de la creación de la fundación Refugio Patitas Sin Hogar Chiguayante, en la Región del Biobío. “Siempre rescatamos perros y los dábamos en adopción. Cuando terminé de estudiar Administración Pública y Ciencias Políticas (en la Universidad de Concepción), tuve la idea de hacer algo más serio y formal al respecto”, cuenta María de los Ángeles, presidenta de la ONG penquista. La organización es una corporación financiada con recursos propios y socios colaboradores, cuyo objetivo es rescatar perros enfermos o en mal estado, los cuales recuperan para posteriormente darlos en adopción. “El refugio cuenta con capacidad para 35 perros y tiene una alta rotación mensual, porque se van en adopción rápidamente. Somos muy dedicados en ese proceso. Primero realizamos un filtro, luego vamos a las casas de los eventuales adoptantes, les entregamos un cuestionario de preadopción y luego de evaluar todo, realizamos la adopción, con seguimiento por varios meses. Somos muy rigurosos en ese sentido. Por lo mismo, dejamos de hacer adopciones en la calle, en el centro de Concepción, porque no es posible hacer buenos filtros ni seguimientos”, agrega. Este año comenzó un programa de cooperación y ayuda con profesionales alemanes de la fundación Finn Domingo, para intercambiar conocimientos y experiencias, en torno a la tenencia responsable y el comportamiento de los perros.

EL INICIO DE LA UNIÓN

“Todo partió el 2017, cuando rescatamos un perrito en muy malas condiciones, que con el tiempo fue adoptado por quien hoy es mi pololo, Alexander Stähr. Él es alemán y nos conocimos cuando estaba realizando un intercambio en la universidad de Concepción, como estudiante de Ciencias Políticas. Se encariñó mucho con el perrito –al que bautizó como Finn- y lo adoptó. Tiene como 2 años y es el típico mestizo chileno, grande y negro. En ese tiempo, él vivía en un departamento muy pequeño, lo que para mí era muy extraño, pero lo sacaba 3 veces al día a pasear, y si no podía, le pagaba a un paseador para que lo hiciera. Ahí partieron las primeras enseñanzas. En Alemania tienen un gran desarrollo en materia de comportamiento canino y aprendí que el espacio para una mascota no es lo fundamental, algo que en Chile es muy común. Lo importante es que el perro se ejercite, además de que tenga todo el cariño y los cuidados que hay que proveerle para que esté en buenas condiciones. En Alemania, la gente tiene a los perros dentro de la casa, independiente del tamaño del animalito o el lugar. Y continúa: “Cuando Alexander terminó su intercambio se fue de vuelta a Hannover y se llevó a Finn. Fue en ese regreso, que él y su mamá –Ellen Stähr, veterinaria– decidieron crear la fundación Finn Domingo, para ir en ayuda de los animales abandonados en Chile. El nombre es una mezcla del nombre actual de Finn, y el que le habíamos puesto cuando lo rescatamos”, detalla entre risas. El objetivo es generar una red de apoyo y cooperación entre organizaciones de Chile y Alemania. La primera etapa contempla intercambios entre rescatistas que trabajen en organizaciones de animales en Chile y otras de Alemania. La idea es compartir experiencia y conocimientos. “Yo viajé este año a conocer el trabajo de los dos refugios alemanes en Hannover y Essen. Y ahora, Ellen y un grupo de especialistas alemanes están en Chile, gracias a unos fondos que se ganaron del Gobierno alemán, para concretar que yo haya viajado y ellos ahora estén acá”. La idea es sumar otros refugios chilenos al programa. Miembros de la Fundación Stuka, viajarán a Alemania, en un próximo intercambio. La intención es que Finn Domingo sea un ente mediador entre los refugios chilenos o alemanes, para generar esta red de cooperación.

GRANDES DIFERENCIAS

“Quedé impactada, porque la relación que tienen allá con los animales ¡es tan distinta a la que existe en Chile! Aprendí a hacer un análisis completo de comportamiento de los perros, por ejemplo, saber por qué ocurre una pelea, cómo y cuánto pasearlos al día. También aprendí mucho sobre nutrición, en la que mezclan harto el pellet con la comida de casa, sobre todo cuando hay perros con patologías determinadas. En lo que no se manejan mucho es en el tema de las enfermedades, básicamente porque muchas las tienen erradicadas”, detalla María de los Ángeles. Para Ellen Stähr, “este es un proyecto piloto, que busca obtener una visión global de la realidad de los animales en Chile, para posteriormente hacer algo permanente. La idea es ampliarlo a otras organizaciones, con el fin de cubrir la mayor cantidad de necesidades en el país. Dentro del equipo de personas que estamos trabajando en Chile, en este momento, hay Cuidadores de Animales, una profesión que existe en Alemania y que los califica como expertos en el tema”. “Sabemos que el problema del abandono animal en Chile es cultural. Falta educación y es lo que queremos intervenir en una primera instancia. Hay mucha gente que tiene animales y no sabe cuidarlos de la manera correcta. Los animales son seres magníficos si uno sabe tratarlos y enseñarlos de la forma adecuada”. Con este programa, se busca orientar a las distintas organizaciones que ya existen en el territorio, para que se rijan bajo una misma línea y así crear una institución “de techo”; con la idea de seguir una misma estructura y tener ciertas exigencias para ser parte de esta red. El fin es ir generando estándares en el tema de adopción. Por ejemplo, respecto al cuidado y la mantención en un centro de rehabilitación. De esta manera, se persigue unirlos en una misma voz, en temas de políticas públicas y leyes de tenencia responsable.

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