Perros y Gatos

Gatos: Descubre cómo nos ven y qué piensan de los humanos

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Los gatos pueden ser amables, hostiles, ignorarte o querer pasar mucho tiempo jugando contigo. Eso es porque estos pequeños no nos ven como amos o humanos, sino que como una versión gigante de ellos mismos.

Según el Doctor John Bradshaw, biólogo de la Universidad de Bristol que lleva 30 años estudiando a los gatos, nuestros felinos no se sienten como tales, ya que los gatos jamás fueron domesticados por el ser humano, como sí ocurrió con los perros tras la domesticación de los lobos.

Eso no significa que sean unas criaturas salvajes, sino que nunca fueron domados. Básicamente, ellos se domesticaron solos para adaptarse al ambiente, acercándose a nosotros para obtener diversos beneficios. Para ellos, los humanos son otro grupo de gatos con los que podrían o no tener ganas de socializar.

Los gatos funcionan mediante lo que su instinto le dice y según experiencias e interacciones, saben que tu les dejas platos de comida y están agradecidos. A veces, tienen ganas de pasar tiempo contigo y otras quieren que te alejes y los dejes tranquilos, ya que solo les estás molestando.

Mientras los perros sabe claramente que los humanos somos diferentes, no por nada cambian su comportamiento al vernos, los gatos no creen que seamos de otra especie o superiores. Podemos ser sus amigos, pero no dominarlos.

¿Qué quiere decirme mi gato?

Pese a lo que muchos piensan, los gatos son animales expresivos, pero su forma de comunicarse es diferente a la de los perros, que casi se hacen entender como si fueran personas.

Un gato te hace saber lo que necesita y quiere. Por ejemplo, cuando levantan la cola, es señal de que quieren interactuar con nosotros o si se acercan y acurrucan al lado, desean que los acariciemos. Si tú tomas la iniciativa, puedes estarlo molestando.

Inclusive, muchos gatos entrenan a su dueños: Saben que, si hacen ciertos sonidos, estos significan que desean que la persona (o gato gigante como creen ellos), se vaya de la habitación, mientras que otros ruidos los llaman a jugar, alimentarles o acariciarlos.

A la hora de frotarse contra nosotros, el gato hace lo mismo que haría con su madre u otros gatos amigos, tu gato puede estar aseándose o usándote para rascarse. Eso es bueno, ya que no nos ven como competidores hostiles, sino que como aliados.

Si »molestamos» al gato tratando de rascarle la barriga sin que este inicie la acción o tratamos que juegue sin que el lo pida, lo estamos estresando. Los gatos son muy propensos al estrés y si lo sufren de forma constante pueden enfermarse, lo que añade más estrés por tener que ir al veterinario.

En conclusión: Para tu gato, tu eres un gato gigante, amigable y bastante generoso, no por nada les das comida, juguetes y estás dispuesto a seguir las pistas que te den. Quizá no te consideren superior, pero si eres un buen compañero te van a respetar, según información publicada por siglo21.com.

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