Mestizos Magazine

Hombres y perros: Una relación rumbo a la perfección

VICENTE 800 |

Es innegable que la relación que entablan los hombres con sus animales es propia y única, demostrando que los segundos ya no cumplen un rol utilitario, sino algo mucho más profundo, a vista de los expertos, y que seguirá evolucionando...

“Los hombres con perro son más atractivos para las mujeres”, señalaba el año pasado el rimbombante titular de un estudio que hablaba sobre hombres y animales. Una relación cada vez más frecuente y que, como todas, ha ido evolucionando en su forma y rol. Sin ir más lejos, las aventuras de Pangal Andrade con su perro Bagual –mostradas en Instagram– han sido ampliamente celebradas por sus seguidores. Pero no sólo eso. Es una ventana que muestra cómo los hombres disfrutan de una relación cada vez más cotidiana, cercana y estrecha con sus perros... o gatos.

En Chile, el número hombres que tienen perro va en crecimiento, tanto como la cercanía que entre ellos se da. El caso de Vicente Celedón, médico veterinario, etólogo y creador de DogTeacher, evidencia no sólo el estrecho vínculo de él con su perro Junco, sino también permite ver, en las distintas casas que visita, una evolución en cómo se relacionan perros y hombres. “Definitivamente, ha evolucionado hacia un lado mucho más femenino. Nuestros perros están sacando nuestro mejor lado, el cariñoso, preocupado, amable, paciente. Lo vemos en el día a día. Hoy nos sentimos fallando a nuestros perros cuando no lo sacamos a pasear en la tardes, no importa que lleguemos cansados del trabajo, sentimos que les debemos ese espacio. Lo veo en cómo cada día más lugares son petfriendly, porque dejamos de ir a los que no lo son, sólo debido a que queremos ir con nuestras mascotas”, explica.

Desde su perspectiva, tener un perro hoy dejó de ser una “moda”. “Por suerte para todos, en especial para los perros callejeros, convivir con un perro hoy es tener un amigo querido y cercano que nos entrega amor incondicional. Eso ha hecho que la relación humano-canino haya cambiado o esté cambiando respecto de lo que era. Tener un perro no es una moda que nos impuso el marketing, es algo que nace de una necesidad mucho más profunda”, opina.

“El mejor compañero que podría soñar”

“La verdad es que yo he tenido perros toda mi vida, desde el colegio, y sólo pasé un periodo en la universidad sin perros, que fue bastante duro para mí –cuenta–. Junco vino a mi vida en un momento súper especial: ya llevaba un buen tiempo trabajando como etólogo y hacía rato que quería tener un perro para poner a prueba toda la experiencia adquirida en esos años.

Cuando vi a Junco –recién nacido– me enamoré de él desde el primer minuto y de inmediato comenzamos una aventura de aprendizaje mutuo, en la que fuimos construyendo la relación más linda que he tenido hasta el día de hoy con un animal”, confiesa Vicente.

El primer período fue puro disfrutar, la etapa de que conociera el mundo, otros perros y que estuviera preparado para enfrentar todas las aventuras que tenía soñadas con él. Para eso, antes de sus 4 meses lo llevé a la playa, a la cordillera, a que pisara la nieve y a muchas otras aventuras. Gracias a este esfuerzo y preparación, hoy Junco me acompaña absolutamente a todas partes –recalca–. Vamos a acampar, a la cordillera, a un refugio, a esquiar o a una cabaña en la playa con los amigos. Incluso, anoche fui a un bar con él y unos amigos, a comer y tomar unas cervezas.

Esto no quiere decir que si hay algún lugar donde no lo puedo o no debería llevarlo, lo vaya a hacer igual. Trato de ir con él a todas partes, pero siempre considerando que sea donde ambos vayamos a disfrutar. No lo expondría jamás a algo que no le guste.

Cada experiencia con Junco es muchísimo más enriquecedora que sin él–continúa–. Además, por suerte mi pareja también lo adora y, sin ir más lejos, nos vamos este fin de semana a la playa, a celebrar su cumpleaños con Junco y sus dos perros... ¡ a disfrutar todos juntos!.

Te diría que Junco, a pesar de no tratarlo como una persona, es parte de mi familia. Es de los seres que más he amado hasta ahora y a veces muero de miedo de sólo pensar en el día en que no me acompañe. Tan parte de nuestra familia se ha vuelto, que mi madre y mis hermanos lo consideran en las vacaciones y fines de semana que pasamos juntos. Ya no sé si me invitan por mí o por él (ríe), pero la verdad es que todos disfrutamos cada momento juntos, padres, sobrinos hermanos y perros. Si te tuviera que describir mi relación con él en una sola frase, sería ‘el mejor compañero que podría soñar’. Aperrado, fiel increíblemente amoroso y amable. Además de tenerme una paciencia increíble y quererme con todas mis fallas. ¿Qué más se puede pedir?”.

¿Un estilo de paternidad?

Para nuestro columnista, psicólogo y autor del libro “Antrozoología y la relación humano-perro”, Marcos Díaz Videla, “hay varios factores socioculturales que se debe considerar. Entre ellos, que la mayoría de nosotros hemos sido criados con roles sexistas, donde a los hombres se nos educaba para ser más reservados y menos demostrativos. Por otro lado, a las mujeres se les inculcaba que fueran más cariñosas en sus relaciones y se les aceptaba más que expresaran sus sentimientos públicamente (sea con animales o personas). Finalmente, la educación sexista está siendo muy cuestionada y, en la actualidad, los niños están recibiendo una educación de mayor igualdad en los roles de género. Entonces, los estudios de hace 20 años no reflejan lo que hoy tenemos.

Si bien, desde siempre, niños y niñas mostraron igual interés por los animales de compañía, hoy la expresión afectiva de los varones hacia los animales es valorada positivamente en nuestro contexto. Así, en la actualidad, nos inclinamos a afirmar que el afecto hacia las mascotas no difiere en intensidad de acuerdo al sexo de su dueño”, afirma.

¿Cumplen de alguna manera un rol de “padres”?

Sí, y cada vez más abiertamente. Esto se relaciona con la otra dimensión que mencionábamos, la del antropomorfismo o humanización. Acá también tenemos una diferencia sociocultural que está tendiendo a desaparecer. Hace unas décadas a las niñas se les inculcaba fuertemente el rol de madres, mientras que a los niños, roles por fuera del círculo doméstico. Hoy las tareas domésticas y de crianza tienden cada vez más a estar repartidas y a equipararse.

En su estudio, realizado en la ciudad de Buenos Aires, “cuando le preguntamos a los custodios si consideraban que sus perros eran como hijos para ellos, llamativamente, igual proporción de hombres y mujeres nos dijo que sí; aproximadamente el 64% de los participantes. Este rol parental, el pensarse como padres de los animales, se asocia fuertemente con el afecto hacia el animal y la convivencia estrecha”, explica Marcos.

A su juicio, hoy el rol paterno es valorado de manera positiva socialmente, sea con sus hijos o con sus animales. “Algunos estudios mostraron, incluso, que los hombres con perros eran considerados más atractivos para las mujeres. Esto fue interpretado como que la custodia sobre los perros era una forma de advertir socialmente que ese hombre era capaz de cuidar y hacerse cargo de un otro dependiente”.

Desde la mirada de Vicente Celedón, debido a este profundo cambio cultural y de paradigma que estamos viviendo –donde el respeto por los seres vivos es cada vez mayor y la conservación dejó de considerarse una locura hippie para pasar a ser una necesidad de supervivencia– “hoy los animales domésticos (y los que no) tienen un rol fundamental en nuestras vidas, trayéndonos muchísimo bienestar, complementando los vacíos que nos deja esta vida moderna, desconectada y con falta de naturaleza. Sin duda, hoy estamos mucho mejor gracias a ellos”, concluye.

¿Y los gatos?

En la medida en que el vínculo con los animales de compañía crece, la relación hombre-gato también y se adecúan más fácilmente al estilo de vida que llevamos en las grandes ciudades. Son más autónomos, por lo que toleran mejor la soledad derivada de las viviendas unipersonales y las largas jornadas laborales de sus custodios. Además, son más aptos para cohabitar en viviendas reducidas, como departamentos.

“Los estudios que compararon la personalidad de los amantes de los perros y de los gatos encontraron diferencias muy leves. Al parecer, los primeros son un poquito más extrovertidos, sobre todo en el caso de los varones. Es decir, los hombres amantes de los gatos son levemente más introvertidos que los amantes de perros”, argumenta Marcos Díaz Videla.

Pero sí hay algunas diferencias. “Mientras la imagen social de los hombres con perros es valorada positivamente, la imagen con gatos no lo es en igual medida. De todas formas, en tanto el incremento en la tenencia de gatos sea más pronunciado que el de perros, y las proporciones están tendiendo a equipararse —en regiones como Lationoamérica, donde siempre hubo más perros de compañía— es posible que la imagen social de los hombres amantes de gatos esté en proceso de transformación”.

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