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¿Los quiltros son más fuertes? La respuesta estaría en el ADN

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Los perros mestizos presentan generalmente menos enfermedades y son más fuertes que muchos de sus pares de algunas razas, sobre todo las de moda. La pregunta es, ¿tiene alguna base científica pensar que son más sanos? A propósito de que el 21 de julio se celebra el Día Mundial del Perro, analizamos este tema.

Por Carla Ingus. De todos los perros que he tenido, la mayoría muy sanos, hay uno que realmente me ha sorprendido: Mínima. Es una mestiza de hoy casi 15 años que, desde el mes y medio, calculo, vive conmigo. Me ha sorprendido porque nunca he tenido que llevarla al veterinario, excepto para sus vacunas; porque hoy, a los 15 y con sus ojos algo nublados, corre y ladra; porque no parece de 15. Mi eterna cachorra nunca ha necesitado cuidados especiales y mantiene su pelaje negro brillante. Sé que en parte se debe a que sus ancestros son realmente muchos, y no tiene similitud con ninguna raza, lo que me hace pensar que hay una serie de generaciones de mestizos detrás de ella. Siempre me pregunté, ¿tiene algo que ver su ‘linaje’ mestizo con que sea tan sana?

VIGOR HÍBRIDO

Las distintas especies, incluidos los perros, mientras menos consanguíneos (parientes) sean, más fuertes son. La variabilidad genética de un perro es clave en su fuerza, atribuible al llamado vigor híbrido. Paola Mujica, miembro de la Comisión Metropolitana de Tenencia Responsable de Mascotas de COLMEVET y MV PhD. docente UDLA, lo explica de la siguiente manera: “El término ‘vigor híbrido’, conocido también como heterosis, hace relación a la mayor capacidad o ventaja comparativa respecto a sus padres que demuestran los individuos híbridos, que son producidos por la cruza entre dos distintas razas o líneas genéticas puras. Es decir, para hablar de heterosis se debe considerar que los individuos híbridos son producto de una cruza entre padres de distintas razas puras. Si la cruza es entre 2 razas diferentes, la descendencia será siempre híbrida o mestiza. Si la cruza es entre dos líneas genéticas distintas, que puede darse dentro de una misma raza, la descendencia será híbrida pero no mestiza. Dado que la mayoría de los perros mestizos provienen de cruzas de perros mestizos, no es correcto decir que todos los perros mestizos pueden presentar la ventaja del vigor híbrido. La cruza entre híbridos diluye el efecto del vigor híbrido. Por lo tanto, dependerá de las características genéticas de la población de origen de cada uno de los padres mestizos, si se produce el efecto del vigor híbrido o no”. Agrega que “si bien en la mayoría de las especies se ha demostrado que el vigor híbrido puede potenciar características asociadas a una mejor salud, reproducción, longevidad, en perros la evidencia es controversial. Lo que sí es seguro es que el vigor híbrido contrarresta el efecto negativo de la consanguinidad, ya que aumenta la diversidad genética (aumenta la heterocigocidad). La crianza de perros de raza se realiza en poblaciones pequeñas (pocos individuos, generalmente) y además cerradas (sólo se permiten cruzas dentro de la misma raza), lo que se traduce en baja diversidad genética y usualmente alta consanguinidad dentro de las razas. En cambio, los perros mestizos provienen generalmente de poblaciones más grandes y abiertas, en las cuales se produce un mayor intercambio de variantes genéticas ,y por ende se espera que exista mayor diversidad y menor consanguinidad”.

QUILTROS: UN ADN SUPERIOR

En definitiva, el llamado vigor híbrido se refiere, básicamente, a que en general su descendencia cuenta con una combinación de genes superior al de sus padres, en aspectos relacionados con la supervivencia. Es decir, son versiones mejoradas, como explica José Manuel Yáñez, médico veterinario de la Universidad de Chile, doctor en Ciencias con especialización en genética cuantitativa. “Las hipótesis de por qué los perros van mejorando su capacidad de supervivencia generación tras generación surge porque los mestizos reciben una copia de ADN del padre y otra de la madre, las que al ser distintas ―a través de todo el genoma que codifica para los perros, en este caso― pueden generar condiciones que se denominan dominancia o sobredominancia: en determinados rasgos o características, los hijos son superiores a los de los padres”. En el caso de los perros de raza esto no ocurre. La cruza selectiva a la que se ven sometidos, para mantener ciertas características, es uno de los motivos. Cuando son perros de una misma raza, o cuando sus hijos vienen de perros de la misma raza, es probable que esas copias de ADN sean idénticas (la del padre y de la madre), sobre todo cuando estos perros han sido reproducidos entre parientes, que es lo que ocurre con los animales de raza. Es inevitable que se reproduzcan entre parientes, ya sean cercanos o lejanos, que tienen cierta coancestría. Mientras mayor cercanía ―hermanos, por ejemplo― mucho mayor es la probabilidad de que en la siguiente generación las copias sean idénticas y se expresen variantes genéticas (alelos) recesivas, que generan condiciones desfavorables sólo cuando las dos copias de ADN son iguales. De hecho, la reproducción entre parientes implica una mayor probabilidad de tener enfermedades; no es una condición que se vaya a generar sí o sí, pero finalmente pueden aparecer patologías como malformaciones, ceguera, epilepsia o ciertos cánceres, por nombrar algunas. Al cruzar dos mestizos, incluso si son parientes, es mucho menos probable que encontremos problemas, porque los mestizos ya vienen de una combinatoria distinta, tienen una mayor variabilidad genética, por lo tanto, la probabilidad de que se genere una condición de consaguinidad o imbreeding (que es lo mismo, cruza entre parientes), es mucho menor. Expuestos estos argumentos que la ciencia avala, la conclusión es que los mestizos sí son más sanos, gracias a que poseen una combinación de variantes genéticas que los podría predisponer menos a enfermedades que son recesivas y propias de algunas razas. Lo más probable es que si uno revisa el ADN de un mestizo va a encontrar en sus genes una combinación muy distinta a la que heredó de su padre y de su madre*. Este aspecto sería la clave para entender por qué en ciertas condiciones, incluso adversas, sobreviven mejor. Evidentemente también pueden tener enfermedades, pero su prevalencia es inferior, a diferencia de lo que ocurre con algunas razas. Por ejemplo, muchas veces hemos recibido denuncias de criaderos que tiene ejemplares “microtoy” (enanos), que terminan generando una serie de enfermedades dada la cruza de padres con hijos y entre hermanos. “La prevalencia de las diferentes enfermedades genéticas es absolutamente dependiente de la raza, y también del manejo de esa raza en cada país. Cuando la selección de reproductores no considera la evaluación de enfermedades genéticas, la frecuencia de estas enfermedades puede aumentar rápidamente. Muchas de las enfermedades genéticas se heredan de manera recesiva, por lo que los perros portadores pueden no manifestar alteraciones, pero sí pueden producir camadas afectadas si se cruzan con otro ejemplar portador. Dado que las cruzas que se dan en las poblaciones de perros mestizos suelen ser más aleatorias, debiese ser menos probable que existan enfermedades genéticas en perros mestizos. Sin embargo, la evidencia científica ha demostrado que existen alteraciones genéticas que pueden ser igual de frecuentes en mestizos y en perros de raza (en promedio), tales como displasia de cadera, luxación patelar, algunos tipos de cáncer, entre otras. Obviamente, si se compara la frecuencia de alguna de estas enfermedades entre una población de mestizos y una de raza con alta predisposición a esa enfermedad, los mestizos estarán menos afectados. Finalmente, el aumento de variantes genéticas con efectos negativos en las poblaciones de perros de raza es responsabilidad de la crianza y compra desinformada por parte de las personas”, concluye la doctora Paola Mujica. *Libro Guía del Perro Mestizo Chileno

Guía del perro mestizo chileno
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