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Proyectos de ley sobre estatus jurídico de los animales no humanos

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¿Basta con solo reconocer la sintiencia y que dejen de ser catalogados como bienes muebles?

Por José Binfa Álvarez, Director Fundación Abogados por los Animales.

Hace unas semanas, se anunció a los medios de comunicación la presentación de un proyecto de ley para cambiar el estatus jurídico de los animales no humanos y, de este modo, reconocer su sintiencia en el Código Civil. El pasado 16 de diciembre, el anunciado proyecto de ley recién aparecería en el portal de la Cámara de Diputadas y Diputados de Chile bajo el N° de boletín 13961-12 y en su texto propondría un par de modificaciones del Código Civil para reconocer la sintiencia animal. Superar el binarismo persona-cosa y cambiar el estatus jurídico de los animales desde bienes muebles semovientes a un estatus nuevo como se plantea acá, es algo que otras iniciativas han promovido sin éxito legislativo en los últimos 5 años. De esta forma, el articulado de este boletín es similar al de los últimos proyectos sobre la misma materia (me refiero a los boletines N°10895-07 y 12581-07, de 2016 y 2019 respectivamente, promovidos por la Fundación Vegetarianos Hoy).

El cambio de estatus jurídico que se propone sigue el camino iniciado en 1988 por el Código Civil de Austria al declarar legalmente que los animales “no son cosas” y que luego continuarían legislaciones como la alemana y la suiza. Luego, Francia en 2015 reconocería expresamente en su Código Civil a los animales como “seres vivos y sensibles, lo cual también haría Colombia en 2016, al reconocer a los animales no humanos como seres sintientes.

Desde un punto de vista práctico, lo acá propuesto no es más que un cambio estético por cuanto la pretendida categoría intermedia entre persona y cosa que se promueve, mantendría a los animales como propiedad, bajo ciertas limitaciones que leyes especiales dispongan, limitaciones que, en cierta forma, incluso podríamos sostener que ya existen, principalmente en el delito de maltrato animal y las leyes 20.380 y 21.020. Así las cosas, ninguno de estos proyectos propone algo innovador que otorgue más protección a los animales no humanos o que tensione la explotación animal, pues estos proyectos de ley mantienen incólume el estatus de propiedad. Por otro lado, recordemos que, en cierta medida, la sintiencia ya está reconocida en la Ley 20.380, sobre protección animal en su artículo segundo al reconocer el sentido de respeto y protección a los animales, como seres vivientes y sensibles que forman parte de la naturaleza para los procesos educativos.

Así las cosas, este nuevo proyecto no propone nada nuevo, pues es similar a los proyectos anteriores sobre la materia. Por otro lado, si bien iniciativas como estas pueden servir para la reivindicar la sintiencia animal, los animales no humanos no se verán beneficiados necesariamente con ello como sugiere la fundamentación de este proyecto. Al esforzarnos en este tipo de iniciativas, corremos el riesgo de creer que hemos mejorado las condiciones de vida de los animales no humanos, cuando solo hemos cambiado un par de palabras de un cuerpo normativo que, aunque importante, no va a cambiar las condiciones de explotación y maltrato que estos sufren.

Ahora bien, quienes somos veganos y abogamos por la abolición de la explotación animal tenemos que reconocer que el estatus de propiedad de los animales no humanos no es algo que cambiará de la noche a la mañana. No obstante, este tipo de proyectos podría ser una gran oportunidad para incluir modificaciones que de verdad importen una mejora en las condiciones de vida, como por ejemplo:

Reconocer constitucionalmente la protección animal (cuestión que campañas como No Son Muebles ya están trabajando), reconocer la tutela a la libertad y la vida de los animales de la fauna silvestre, agravar las sanciones a conductas de maltrato animal, abandono de animales, “robo” de animales, zoofilia, reconocer las familias multiespecies y crear una autoridad que vele por la protección animal en todo el territorio nacional, entre otras ideas que se puedan sumar.

De este modo, si queremos reconocer la sintiencia y así proteger de mejor forma a los animales no humanos, tenemos que abogar por un cambio de estatus jurídico que haga más que solo cambiar un par de palabras del Código Civil.

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