Mestizos Magazine

Paulo Brunetti, Pancha, Pollo y Gaspar ''Hoy no compraría, adoptaría''

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El actor argentino interpreta a ''Octavio'' en la recién estrenada ''Casa de Muñecos'' (Mega). Tiene tres perros a los que ama profundamente. Uno de ellos, ''El Pollo'', lo acompaña en la nueva teleserie. Hace poco más de un mes sufrió profundamente la pérdida, durante varias horas, de Gaspar, el primero de los tres que llegó a su vida.

Por Valeska Silva Pohl / Fotos: Gonzalo Muñoz Farías, IG: @gonzaloxtrem. MKUP: Paula Bruzonne.

Nos reciben al llegar ni más ni menos que ellos: Gaspar, Pancha y Pollo, los canes del actor Paulo Brunetti. Tienen 7, 3 y 10 años, respetivamente. Llaman la atención no sólo por lo educados y bien que se llevan entre ellos, sino por lo alegres que son, sobre todo Pollo, que ya tiene 10 años y que acompaña a Paulo en su rol en la nueva teleserie de Mega, “Casa de Muñecos”. Se hace evidente que para el actor argentino son prioritarios y, por lo mismo, hace poco más de un mes vivió una de las experiencias que nadie que ama a su perro quisiera vivir. Por un par de horas su perro Gaspar, el primogénito de los tres que hoy viven con él, se perdió, sin dejar rastro. Estaba en la casa de un amigo en la sexta región, cuando desapareció.

¿Se arrancó, trataron de robarlo, qué pasó?

Todavía es lo que yo me pregunto. Estaba viajando a Navidad (....) Gaspar, el Pollo y la Pancha habían ido con un amigo, siempre voy a la casa de él. Ellos habían partido el día anterior porque yo tenía grabación. Cuando estoy a mitad de camino me llama y me dice: “No encuentro a Gaspar...”. Para mí fue como: ¿es un chiste?

... Ni bien llegué me fui a la parte de arriba de la casa a mirar y nada. Esto fue a la una y media. A las ocho de la noche nos dicen: hay unas cámaras de seguridad y nosotros decimos: “¿Por qué no las miramos antes?”. Porque claro, estaba todo el pueblo buscando a Gaspar. Era además fin de semana largo, había mucho turista. Empezamos a mirar las cámaras y lo vemos a Gaspar sentadito en el portón, mirando como pasaban los autos. Notamos que un auto pasa despacito y da vuelta en U pero cuando se está acercando a Gaspar la cámara cambia, son de 10 segundos las cámaras... Ahí yo dije: se lo llevó alguien, por lo menos no está en el campo, con frío o en un pozo. Si no me lo devuelven, que lo cuiden, pero la angustia es grande, terrible. Eran las diez de la noche y estaba tratando de comer algo y no podía. Puse las fotos del auto y el video en las redes sociales, y dije al dueño del auto si levantó a Gaspar, o si alguien conoce este auto, por favor que me llame y una y media de la mañana me llamaron. Me dijeron: tengo a su hijito.

¿El dueño del auto? ¿era él finalmente?

Nunca le pregunté, no quise entrar en detalles. Era un muchacho, un gendarme que se portó muy bien. Estaba en Santa Cruz, a una hora y media de Navidad. Cuando me dijo: “Lo tengo”, le pedí la dirección y pensé en ir de inmediato, pero me dijo: “Estoy en Santa Cruz”, yo pensando que era al lado... No me explicaron lo lejos que era. Al otro día en la mañana fui a buscarlo y lo tenían ahí, detenido en la cárcel... sonríe. Pero fue un susto enorme.

¿Qué hizo el cuándo te vio?

Él es un cascabel, se dobla de mil maneras, feliz. Igual estaba con carita de susto, como si nos separamos se queda con algún amigo o amiga, porque sabe que viajo, se queda con su bolsito y es gracioso porque él agarra el bolsito y se lo lleva a la puerta, como diciendo: “Me voy”. Y acá se ve que se asustó, porque era una casa desconocida y gente nueva. Viajamos con este amigo que es el dueño del campo a buscarlo y él preguntó a quien lo tenía: “¿Te hizo pis en la casa?” y contestaron: “Hizo pis en toda la casa”. Entonces, a la vuelta este amigo le decía: “¡Bien Gaspar! ¡bien Gaspar!. Yo creo que lo devolvieron porque les meó toda la casa” (ríe). Y bueno, a Gaspar le molesta el collar, con su medallita y el nombre y teléfono, pero ahora se lo volví a poner.

Después de lo que pasó con Gaspar, ¿qué dirías o recomendarías tú, porque los perros se pierden con mucha frecuencia?

Haría una recomendación en dos sentidos. Primero preguntar en el lugar donde lo encontraste. Si es de alguien, el tema no pasa por meterlo en el auto y llevártelo. Busca en la zona primero. Si lo encontrás en la esquina, acá hay 4 edificios, quizás lo vieron, alguien lo vio. Cuando vi el video lo primero que dije: ¿por qué no golpearon la puerta? ¿o la de los vecinos? Gaspar era conocido. Preguntar es lo primero, me ha pasado, he encontrado perritos y pregunto. Esto es un accidente, Gaspar es chiquito y se da con todo el mundo... yo salgo y estoy pendiente de 3. De la Pancha que no tire a nadie, con lo efusiva que es y Gaspar como es chiquito se mete en cualquier lado... porque también los roban. Ahora a él le voy a poner el collar con su información, ya tiene el chip, que lo recomiendo a todos. Collar con el teléfono y más que nada la recomendación si alguien encuentra, que pregunte por la zona.

¿Quieres dejar algún mensaje?

Agradecer, hay mucha gente que ayudó y si lee la revista lo verá. Voy a estar agradecido de por vida... lo que trabajó mi cabeza en esas 12 horas en que no sabía nada, porque te imaginas lo peor. Agradecer porque me devolvieron el alma, me volvió el alma al cuerpo. Quizás para muchos es una estupidez, pero para mí no lo es. Simplemente agradecer y que sigan haciéndolo, no porque es el actor de la televisión y porque su perrito es tan lindo, no. ¡A todos! Porque si hay algo para lo que sirven las redes sociales es para eso.

“De uno a 3”

Nosotros te entrevistamos hace 4 años ahí solo lo tenías a él, a Gaspar. Ahora son 2 más, Pancha y Pollo. ¿Cómo se dio? ¿Cómo llegaron a ti?

La familia va creciendo, tiene que ver con la vida privada de uno...

Los tuyos y los míos...

Exacto, entonces de pasar a tener uno, pasé a tener 2 adoptados. Así que feliz. Yo creo que en la nota con ustedes dije yo tendría más, pero en un departamento no se puede, y aquí estoy, en un departamento con 3. Así que ¡sí se puede! Lo que pasa es que el Pollo y la Pancha están muy bien educados, entonces, no fue tema.

¿Tu opinión hoy día de los criaderos cuál es?

Es terrible como la gente busca raza. Es medio contradictorio porque yo busqué raza, o sea yo investigué, dije quiero un compañerito para departamento y busqué raza. En ese momento no busqué adoptar porque tampoco estaba metido en el medio de adoptar, hoy por ejemplo, no es que me arrepienta porque tengo a Gaspar, pero hoy no compraría, adoptaría. Les he ayudado adoptar a amigos míos para sus hijos, pero el tema del crecimiento, el tema de las razas incluso de las mezclas no va conmigo, mi mentalidad cambió. Obviamente los encuentro muy bonitos, pero también hay perros como el Pollo o la Pancha que a mí me pasa algo que el cariño es otro.

¿Cómo así?

No sé. El Pollo y la Pancha todo el tiempo te están agradeciendo. La Pancha, pasó al lado de mi pareja, cruzó la calle y aunque puso carteles para encontrar a sus dueños no pasó nada; y hoy es una reina y te lo hace saber y te está agradeciendo todo el tiempo. Ellos también lo notan, el otro día cuando apareció Gaspar lo pusé en el asiento y lo lamían todo el tiempo, era como diciendo: “Bienvenido”.

¿Cómo es esa rutina, el día a día con 3?

Salimos alrededor de la manzana... por acá las veredas son anchas entonces es cómodo. Y es increíble porque la Pancha es la que va adelante, busca pelotitas, te las trae. Tú las pateas y ella vuelve a buscarlas. Gaspar en el medio, huele todo el tiempo y el Pollo viene atrás nuestro. Es increíble porque es el que nos cuida, como el sabio. Yo le digo el sabio. Y si se acerca un perro más grande a Gaspar o la Pancha, el Pollo se pone entremedio, es muy inteligente.

¿Cada uno tiene su rol y su rutina?

Exacto. Yo cuando les digo la palabra vamos como que se desesperan, a la Pancha hay que sacarla atada, porque es tan cariñosa y efusiva que por ahí ve un niño y se le tira, por ahí se asustan. El Pollo agarra su collar, lo lleva, pero si el día de mañana se puede tener una casita con patio y 2 o 3 más, feliz. Totalmente. Y, por ejemplo, cada vez que viajo a Navidad el paseo diario es a la playa tipo 6 de la tarde, es un mundo nuevo. Allá hay uno que se llama Manolo, de 13 años, es un Golden encontrado y ya se está apagando y a las 6 de la tarde cuando ve que estamos cargando la camioneta, aparece feliz. Es otro mundo. El otro día me decían: “Ahhh quieres patio para abrirles y no tener que sacarlos...”. ¡No! Es para tener un par más, ¡yo feliz!

En “Casa de Muñecos”

Pollo es el que te acompaña en la teleserie Casa de muñecos, ¿cómo ha sido esa experiencia?

Cuando me presentaron el personaje era “Octavio que vive en El Cajón del Maipo, lleno de perros y de gatos”. El personaje tenía una gata originalmente y yo dije: soy alérgico a los gatos, partamos de esa base, entonces, pasó a ser un perro. Hay que hacer casting a perros y yo dije: “Traigo al Pollo, es lo más inteligente que hay”. Y desde el primer día de grabación fue increíble. Ensayamos, yo me iba a la puerta y el Pollo estaba al lado mío. Tú llegas y el Pollo te pide la llave del auto, entonces, tú se la pasas ¡es tremendo!... hay un chascarro que lo grabaron. Estábamos a punto de grabar con Sigrid en un sofá y el Pollo estaba en el medio, mirando para adelante y dicen vamos a grabar: “Pollo no mires la cámara”, y el Pollo mira para el otro lado y todos empezaron a reír. Es muy, muy inteligente. Y lo incluyeron en el libreto, se llama Pollo y todo. Un día lleve a la grabación a Gaspar para que no se quedara solo y no, con él hubiese sido imposible. Porque es muy curioso... con el Pollo ha sido perfecto, todavía le deben la comida (ríe). Dijeron que le iban a pagar con comida.

“La gente está cambiando”

En los refugios están los perros que ya fueron rescatados, pero la cantidad que siguen en la calle y que aumenta a diario, es creciente y no termina. A ti cuánto te afecta, ¿estas consciente de alguna manera de que los chilenos en específico somos abandonadores?

Da pena. Desde que tengo a Gaspar soy más observador. He recogido más de un perro, lo he llevado a la veterinaria, he pagado las cosas, he puesto carteles en las redes sociales, he llegado a refugios, tengo contacto con ellos, conozco gente que ha sido irresponsable. Pero creo que la gente está cambiando, se adopta más responsablemente, a mí me impactó las redes sociales con el tema de Gaspar y creo que la gente también está ayudando en ese sentido, es impresionante como a veces a uno lo llaman por influenciador y cómo impacta eso. A mí me pasó con Gaspar... Pero en Argentina ves lo mismo, en la ciudad donde vive mi familia mi hermana está metida en el grupo donde los vecinos rescatan y ayudan.

¿Crees que el hecho que se haya incluido un animal en la teleserie habla de que hay más visibilidad?

Lo veo no sólo por lo que son, agradezco que la Nona haya escrito un personaje que ame a los animales, pero me doy cuenta de lo que pasa en el set cuando va el Pollo. Lo adoran, lo reciben muy bien. Un día se quedó en el campo, no fue y yo llego y todos: “¿Y el Pollo?”. Yo no le importaba a nadie, el tema era el Pollo. Y agradezco que el Pollo aparezca en muchas escenas. Hay algunas en que se habla de cómo conocí al Pollo y soy un agradecido de ellos porque son una compañía fantástica. El Pollo y Gaspar duermen arriba de la cama, la Pancha no, ella se viene al living porque allá hay ‘mucha gente’ y ella es bruta, pero es cariño el que te están dando todo el tiempo.

¿Cómo lo haces cuando viajas?

Ufff, hay filas de amigos que se quieren quedar con Gaspar. El es muy tranquilo, muy querible. Tengo un amigo con el que tenemos la misma nana y después hay una amiga mía que se lo dejo cuando viajo, que tiene un hijo de 7 años que lo ama. Generalmente cuando viajo quedan con ellos o con otro gran amigo argentino, Gaspar tiene su padre sustituto. Ahora tengo un viaje largo planificado y creo que se lo dejaré a él. Tengo mucho apoyo, eso es muy importante. Y el Pollo y la Pancha, se quedan en el campo, están acostumbrados. El Gaspar es terrible porque le preparas su bolso y se desespera, agarra su valija y se la lleva para la puerta, le encanta.

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