Jessica Celis Aburto. Cuando llegó la pandemia, Rodrigo Ried Olivero sintió las ganas de adoptar un gato. Aunque nunca fue muy amante de esta especie, pensaba que sería una buena elección, ya que son más independientes que los perros. Su trabajo como editor de deportes, conductor y productor de Expreso PM en radio Bío Bío le consumen gran parte del día, incluso en fin de semana, por lo que estaba convencido de su propósito. Le dieron un dato, pero ya no habían disponibles. Se desanimó, pero la vida le abrió otra puerta. “Estaba viendo redes sociales cuando vi que mi mejor amiga publicó en Facebook que su hermana tenía cachorros en adopción porque su perrita había parido 8 perros. Ella sabía de mis ganas de adoptar un gato y me empezó a mandar videos y fotos, como para que cambie mi idea original. Yo dudaba porque no sabía cuánto iban a crecer ya que eran de padre desconocido (risas)”, recuerda. La estrategia de su amiga comenzó a dar frutos a los pocos días. “Me enamoré de Floyd pensando que era perrita. Esperaba adoptar una hembra, quizás porque siempre he querido una hija. Llevaba como 5 días viéndolo por fotos y mi amiga insistía en que era perrita, hasta que apareció su miembro masculino (risas). Cuando descubrimos que no era hembra, mi amiga me dijo que había una perrita, que era la más vivaz. Me empecé a encandilar con ella pero seguía viendo al Floyd. Así pasaron dos semanas y decidí que me quedaría con la hembra, a la que llamé Aura”, recuerda. Con lo que no contaba, era que el plan de su amiga tendría más consecuencias. “Cuando llegó el día de recibirla en mi casa, la hermana de mi amiga me dijo que me traía a los dos, como queriendo convencerme de aceptar. Fue ahí cuando me mostró de nuevo al Floyd y me dio tanta ternura y pena dejarlo, que también lo adopté. Además, pensé en todo el tiempo que paso fuera de casa y lo bien que les haría estar acompañados”, detalla. Los cachorros, a quienes llamó Aura -por su gran energía- y Floyd -por George Floyd-, habían nacido el 18 de mayo y el 7 de junio llegaron a vivir con Rodrigo. Al principio tenían su propia pieza con todas sus cosas y un mes después, Aura ya dormía con él en su cama. Al tiempo lo hizo Floyd. Seguir leyendo Seguir leyendo