Gabriel Boric dice que desde chico tuvo perros, y ahora de adulto le tocado convivir con gatos. Le gustan los animales y entiende su importancia en los ecosistemas, por eso quiere hacer un gobierno en el que sean protegidos. “Tengo recuerdos muy lindos de Sporky, que vivió con mi familia en Punta Arenas por muchos años. Era un quiltro grande, peludo, muy bueno para escaparse de la casa. Con él empezamos a hablar del ´perro libertario´, porque no aceptaba los límites de la casa y siempre se resistía a usar collar”. En sus redes sociales podemos ver fotos del candidato con Bulu, un gato, “con él he compartido harto, pero no es mío, es de mi compañera. Creo que soy más de perros (¡perdón gatitesxboric!), pero con el Bulu nos entendimos bien. Es un gato bien inteligente y cariñoso, bueno para comer –tanto que está pasado en kilos– y seco para tomar siestas al sol”. También lo hemos visto con Brownie, “el perrito libertario”, quien incluso acaparó las miradas en el lanzamiento de la candidatura para las primarias presidenciales, en el mes de junio. “Llegó de cachorro a la casa de mis papás en Punta Arenas, traído por mi hermano chico que lo recogió de la calle en una cajita, cuando yo ya me había venido a Santiago. En pocos días se ganó el corazón de toda la familia y hoy es un miembro fundamental de la casa. Es muy curioso y bien bueno para explorar, tanto que se ha escapado a pasear sin permiso. Hemos tenido que recorrer la ciudad entera y postear su foto un par de veces en redes sociales, buscándolo. Pero es un buen perro y siempre vuelve”. Organizaciones animalistas han destacado la importancia de incluir la individualidad de los animales, es decir, que no sólo sean reconocidos como parte del medioambiente, sino como seres sintientes. ¿Cuál es tu opinión al respecto? La Convención Constitucional deberá determinar esta consagración. De todas maneras, me parece destacable el aporte que los y las constituyentes hacen en este punto del debate constitucional en donde se han destacado compromisos como el #NoSonMuebles. Visitaste el Refugio Animal Cascada en el Cajón del Maipo, ¿ por qué le diste importancia de incluir a los animales en tu programa de gobierno? Efectivamente, visité el refugio Animal Cascada y, desde allí, hice presente nuestro compromiso de crear una política pública que apoye, articule y fortalezca un sistema nacional de rescate y rehabilitación de fauna silvestre, donde la labor de los centros privados cuente con respaldo del Estado. Ello, en el marco de una política global de conservación de los ecosistemas naturales, tanto en áreas protegidas como fuera de ellas. Respecto de esto último quiero recordar que la mayor parte de las regiones del país se encuentran situadas en una banda de interés biológico para el planeta, me refiero a la zona hotspot de biodiversidad. Es decir, zonas prioritarias de conservación donde es imperioso generar políticas públicas robustas de ordenamiento territorial, donde determinadas actividades humanas deben restringirse, limitarse o derechamente desaparecer, eso sí, con justicia y equidad. Que no sean las personas más vulnerables las que paguen las consecuencias inmediatas de transformar nuestra relación con la naturaleza. Nuestro programa se hace cargo de la realidad y de la vida misma; existe un vínculo humano animal que atraviesa prácticamente todas las dimensiones de nuestra existencia, por lo mismo, permíteme invertir la pregunta, ¿podría razonablemente un programa de gobierno hacer como que los animales no existen? La respuesta a esta pregunta es, definitivamente, no. Consideras relevante que el Estado tenga un rol protector de los animales y del medioambiente, ya que se ven amenazados por la lógica extractivista del modelo de desarrollo chileno… Un modelo de desarrollo extractivista implica extraer lo máximo del planeta como si este fuese infinito, sin importar las externalidades negativas que la sobreexplotación irremediablemente genera. Hoy tenemos claridad de que esos efectos negativos, además del deterioro ambiental, pobreza y desigualdad, también imponen sufrimiento a los animales. La máxima expresión de un sistema depredador de la naturaleza es el tráfico de especies amenazadas de flora y fauna silvestre, uno de los negocios más rentables del mundo, después del tráfico de armas y la trata de personas. Chile no es ajeno a esta realidad, existe tráfico de loros, araña pollito, tráfico de aleta de tiburón (una práctica extremadamente cruel que busca abastecer mercados orientales donde se pagan altísimos precios por este mal llamado “bien de consumo”); en relación con esto, nuestro programa contempla, entre otras medidas, una agenda legislativa que dote de mejores herramientas para la fiscalización e investigación, con el fin de detectar, desbaratar y prevenir la acción de estas asociaciones ilícitas. Has tenido una postura muy clara en un tema polémico como es el rodeo ¿terminarías con esta práctica en tu gobierno? Lo afirmo y lo reitero. En mi gobierno el maltrato animal no puede ser fuente de divertimento humano. Dicho esto, trabajaremos por tener las herramientas legales para fiscalizar lo que ocurre en el rodeo. Aunque parezca increíble, cuando se aprobó la Ley de Protección a los Animales –en el año 2009– se estableció una cláusula de inaplicabilidad únicamente respecto de estas actividades. Votaste a favor del proyecto de Ley que busca la prohibición de las carreras de perros… Así es, votamos a favor. No apruebo la sobreexplotación a la que son sometidos los perros galgos en el sistema de carreras donde, además, hay apuestas ilegales y otras externalidades. No por nada esta actividad, muy cuestionada desde la medicina veterinaria, ha sido prohibida en varios países. ¿Cuáles son tus principales propuestas en beneficio de los animales y el medioambiente? Entre los ejes en esta materia que podemos destacar está: 1. Fomentar la creación de conocimiento científico sobre la biodiversidad y los ecosistemas, marinos y terrestres para proteger y modernizar la institucionalidad medioambiental. 2. Avanzar hacia una transición social y ambientalmente justa. 3. Transformar los sistemas productivos, e incentivar los métodos libres de crueldad en la investigación, educación y trabajo con animales. 4. Contar con enfoque territorial y ecosistémico para el control reproductivo y cuidado responsable de los animales de compañía.