Dice que desde nació quiso tener perros pero su familia era reticente a tenerlos. No porque no les gustaran, sino por pensar que no sería compatible vivir con uno en el departamento que habitaban en Villarica (Región de la Araucanía). “Ellos pensaban que iba a estar encerrado, sin espacio. Y ahora aprendí, aprendimos, que un perro lo que necesita es cariño, comida y ejercitarlo si es que vives en un espacio reducido” explica la periodista y comunicadora Yazmín Vásquez (IG: @yazminvasquezpuali y @yaz.vasquez.store). Hace 10 meses cumplió su sueño y el de sus hijos Rafaela (13) y Santiago (9), quienes a fines del año pasado le pidieron adoptar uno desde las calles de Villarrica, ciudad en la que la familia - compuesta también por su marido Andrés Gil – escogió para pasar la pandemia. “Al igual que mis papás, dudábamos de adoptar por el hecho de vivir en un departamento (en Santiago). Sin embargo, con todo esto de la pandemia pensé que se nos iba a seguir pasando la vida y mis hijos sin un perro, entonces me decidí y seguí la sugerencia de ellos”. Toma aire y agrega que “le habíamos echado el ojo a uno que veíamos siempre en la esquina de la casa de mis papás. Un amigo que es veterinario me dijo que nos iba ayudar, así que le compramos comida y su platito, y partimos a buscarlo. Cuando llegamos por él, nos vio y se metió corriendo a una casa. Ahí apareció una señora que nos dijo que era de ella y que no sabía por qué siempre salía a ladrar a la casa de mis papás. ¡Sonamos, pensé!”. Pero no fue así. Días después, paseando por la plaza de la turística ciudad, un hombre les dijo que llamaran a la ONG Huellas Villarrica. “Llamé y me dijeron que necesitaban familias guardadoras y que había una perrita lista para ser amadrinada, pero justo apareció una familia y se la llevaron”. A esas alturas ya que había perdido la esperanza, y justo una semana después, el 31 de diciembre de 2020, a las 22.00 horas, me llamaron de nuevo desde la fundación para decirme que habían devuelto a la Thais, porque en la casa a donde llegó habían otros perros y no se llevó bien con ellos. El 1 de enero llegó a mi puerta para cuidarla”, recuerda. embajador Octubre 2021 # 91