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Zoológicos ¿Conservación animal?

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Si bien hay zoológicos que son centros de conservación para las especies que están en peligro de extinción, también crean un efecto de condena para estos animales, incluyendo a los que no tienen la necesidad de permanecer en estos lugares.

Si bien hay zoológicos que son centros de conservación para las especies que están en peligro de extinción, también crean un efecto de condena para estos animales, incluyendo a los que no tienen la necesidad de permanecer en estos lugares.

Hay que considerar que los animales salvajes como los leones, osos polares, tigres, elefantes, jirafas, entre otros requieren de un hábitat, comida, y hasta un clima completamente especial para cada una de las especies. Y si bien los zoológicos deberían estar capacitados para suplir estas necesidades, no siempre se cumple.

Los zoológicos -en algunos casos- son para preservación de especies que están en peligro de extinción o directamente están extintos en la vida salvaje. Sin embargo, es de cuestionarse que tan bien se cumplen estas funciones en cada uno de estos recintos, entendiendo que para un oso polar nativo del círculo ártico del hemisferio norte, o de los pingüinos, nativos de la Antártida, es insoportable vivir bajo temperaturas ambientales como por ejemplo chilenas.

De cualquier forma, estos lugares se transforman en una especie de presidio para los animales que están ahí, ya sea que hayan nacido en cautiverio o que hayan sido rescatados. Esto se debe a que los espacios ambientados en los que se alojan son extremadamente pequeños, además se les priva de la libertad de acción y de la libre circulación que tendrían en su espacio natural.

Para la mayoría de los casos se podría catalogar el zoológico y todo lo que le concierne como maltrato animal, ya que en el caso de los elefantes y las jirafas tienen la necesidad de caminar más de 20 km diarios y al menos en Chile no hay ninguno que pueda cubrir eso.

De la misma manera, hay aves migratorias que están alojadas aquí, pero por el nulo vuelo que emprenden empiezan a sufrir enfermedades mentales ocasionadas por el encierro. En el mismo sentido, las actividades sociales, reproductivas y de caza son inhibidas, siendo la última la más compleja para los felinos, ya que son alimentados con la carne sola y pesada; dejando inútil su instinto más fuerte.

Los zoológicos se mantienen vivos con la excusa de ser un instrumento de conocimientos acerca de los animales que ahí residen, sin embargo, la información que brindan sin un guía que acompañe a grupos de visitantes es muy poca y en algunos casos, nula. Está comprobado que el panorama que se vive en estos lugares es desolador y lúgubre, por lo cual, las personas que los visitan ven a los animales de la misma forma, impidiendo el aprendizaje que estos sitios defienden dar.

Foto de Ravi Kant de Pexels.

Por Veronica Cardona De Santiago

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