En septiembre de 2016 un equipo del Centro de Rehabilitación y Rescate de Primates, en conjunto con la Bidema, incautó a 15 monos del Circo Los Tachuelas.
Vivían en un espacio reducido, con los dientes mutilados, pesando la mitad de lo que debían, con alopecia y con heridas de peleas propias del estresado espacio donde vivían.
¿La condena? 95 mil pesos deberá pagar Gastón Maluenda por un delito del que es reincidente. Así fue el caso...
La condena se dio a conocer hace pocos días causando indignación. Gastón Maluenda, dueño del circo Los Tachuelas, tras años de maltrato a los animales que trabajaron en su show, tendrá una salida alternativa, es decir, deberá pagar poco más de 95 mil pesos. Un caso que tal vez pocos recuerden, pero que es fundamental entender.
Todo parte el 9 de septiembre de 2016. Con ayuda de Bidema de la PDI chilena, se inicia la visita inspectiva a la parcela zoológico del Circo Los Tachuelas. ¿La finalidad? programar junto al Centro de Rescate y Rehabilitacion de Primates de Peñaflor la incautación de los 15 monos papiones.
Médico veterinario observando el estado de este papión... Foto Facebook Centro de Primates.
La llegada del equipo médico del Centro de Primates junto con la Bidema y el SAG a la parcela de la Pintana -donde estaban los monos papiones en muy malas condiciones físicas-, dejó en evidencia el maltrato que habían sufrido por años.
Los monos necesitan vivir en un espacio donde puedan tocar la tierra y, a la vez, estar en altura. Ninguna de esas condiciones fue respetada durante el tiempo que vivieron en una pequeña cárcel en la parcela de Gastón Maluenda.
Un delito en el que reincide, hace años fue condenado por el delito de maltrato animal de Ramba, una elefanta que todavía espera viajar a un santuario en Brasil.
Dedos y manos deformadas.
Edema.
Una vez incautados, fueron llevados para una revisión médica al Zoológico Metropolitano, donde un equipo de especialistas los examinó y confirmó que el estado de todos era grave.
Crías que no podían ser alimentadas por su madre porque le eran arrebatadas por otros miembros del grupo, peleas, mala alimentación (una dieta basada en zanahorias, exclusivamente), mutilación de dientes, dolor infinito..., parte del cual llegó a su fin el día que fueron rescatados.
"Todos los monos estaban en menos de la mitad de su peso", recuerda Elba Muñoz, directora del centro.
El caso más grave fue el de una hembra que pesaba 6 kilos en vez de 25. "La necropsia que le hicieron a una de las hembras que murió, era para llorar, hervía en gusanos, la guata estaba llena, le salían hasta por la boca, tenía una desnutrición severa, huesos deformes, se sentaba y se le veían los huesos de la pelvis, las costillas, ¿dónde estaban los fiscalizadores que a mí me fiscalizan cada 6 meses?", se pregunta Elba.
Su vida hoy
Durante los dos años y medio que han permanecido en el Centro de Rescate, han tenido -además de una vida lo más parecida posible a la que lograrían si no estuvieran en cautiverio-, alimentación sana y adecuada. Han sido agrupados en 3 familias, tienen espacios en altura como forma de enriquecimiento ambiental. Pero no es todo. Recibieron tratamiento odontológico que les ha permitido recuperar algunos de sus dientes.
Cada uno de estos gastos costeado por el Centro de Primates.
Buscando su alimento en la tierra.
La crítica a la condena recibida por Maluenda es un indignante desde más de un punto de vista.
"Con la salida alternativa que le dieron al dueño del circo no se mostró el estado real de estos primates y la ineficiencia de los fiscalizadores porque los monos pesaban menos de la mitad de lo que debían pesar, estaban con los dientes mutilados, mascaban con la encía, que estaba llena de tumores.
Estuvieron un año y medio de tratamiento dental, tratamiento conducto, de caries profundas y extracción de los dientes que ya no se podían recuperar", enfatiza Elba.
¿Qué esperar hoy? Hay quienes sugirieron que podrían pedir los animales de regreso, hecho que Elba Muñoz desmiente tajantemente. El dueño del circo fue condenado, no podrían devolverle al objeto de su delito. Los monos actualmente figuran como incautados (retenidos mientras dura el juicio), tras la condena pasan a ser decomisados (quitados definitivamente).
Recién llegada junto a su cría.