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Cuarentena: 10 consejos para mejorar el bienestar de tu perro

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Médico veterinario, especialista en comportamiento animal, destaca lo importante que es variar el día a día de nuestros perros, generar una diversidad de estímulos que permitan mantener su bienestar en este cautiverio.

Por Isabel Pinto G.

Vicente Celedón es también etólogo, y explica que el “Enriquecimiento Ambiental” (EA) es una técnica que se utiliza hace muchísimos años en zoológicos, para aumentar el bienestar y la ocupación de los animales en cautiverio. A medida que esta técnica se ha ido investigando, su efectividad y beneficios ha llevado a que hoy se utilice también en los animales de producción y en los domésticos. “Actualmente, nos guste asumirlo o no, nuestros animales también se encuentran en cautiverio, sometidos a ambientes o lugares muy monótonos, sin desafíos ni variabilidad. Por esto, lo que plantea el EA es generar ítems u objetos que estimulen conductas naturales en los animales que los mantengan ocupados durante el día, varíen su ambiente y le planteen desafíos tanto físicos como mentales, para así prevenir o disminuir la aparición de conductas indeseadas”, señala.

El fundador de Dog Teacher agrega que “en estos momentos en que nos encontramos confinados, podemos empatizar -como nunca antes- con nuestros perros. Estamos buscando cada día algo nuevo para hacer, algo distinto y que nos permita mantener nuestra sanidad mental. En nuestros perros y cachorros pasa exactamente lo mismo. Sin embargo, contamos con diversas formas en que podemos profundizar el ‘Enriquecimiento Ambiental’ durante esta cuarentena”:

1. Juguetes:

Podemos tener un set de 10-20 juguetes e ir dejándole 4-5 distintos cada día. Así mantendremos la novedad de estos.

2. Cosas para morder:

Los huesos de carnicería, o los que venden especialmente para ellos, los mantendrán ocupados durante un buen rato. Importante que sean de gran tamaño para evitar accidentes y siempre bajo supervisión.

3. Variaciones en el ambiente:

Utiliza olores nuevos, música o incluso varía las rutinas de paseo y ejercicio. Podemos traer cosas interesantes de afuera, como unas ramas de la calle u hojas secas para poner en nuestra terraza. Cualquier elemento novedoso que estimule a nuestro perro a explorar, olfatear o morder, es un enriquecimiento.

4. Alimento:

Encuentra distintas formas de darle su comida, que no sea siempre lo mismo. Elimina el plato, y proporciónale su alimento en formatos de EA, donde deba esforzarse y trabajar para conseguirla. Estos pueden ser juguetes hechos, como los Kong, o nosotros podemos inventar otros objetos, como botellas rellenas. Otra forma de alimentarlos es desparramar el pellet por el patio o escondérselos por la casa para que tengan que desarrollar el olfato. Si les apagamos la luz, ¡mejor!

5. Mantas olfativas:

También la puedes utilizar para esconderle su alimento, sus premios y realizar juegos de olfato.

6. Paseos:

Los paseos son una excelente forma de botar energía y mantener a nuestro perro con una buena parte de sus necesidades cubiertas. Un paseo en la mañana es fundamental para que pueda afrontar con mayor tranquilidad el resto del día, y ojalá que sea de 45 minutos o más (en época normal). La razón de esto es que el perro recién comienza a secretar serotonina (neurotransmisor responsable, entre otras cosas, de regular los estados de ánimo y su intensidad, disminuir la ansiedad y agresividad, a los 30 minutos de ejercicio o exploración). Además de este paseo, uno de igual duración en la tarde también es altamente recomendado.

7. Juegos de Olfato:

Los juegos de olfato son otra forma de mantener a nuestros perros con sus necesidades cubiertas. Nada los cansa más que ocupar correctamente el olfato. Tanto en el paseo como en nuestro hogar es fundamental que propiciemos su uso, ya sea escondiéndole su comida por toda la casa, lanzándosela en el pasto, escondiéndola entre las hojas, entre bolas de diario, etcétera. Mantener a nuestro perro ocupado olfateando lo forzará a tranquilizarse y concentrarse en buscar, lo que lo calmará constantemente, ya que realizar juegos de olfato, durante 15 a 20 minutos, equivale a una hora de ejercicio. Generalmente basamos este juego en la comida, pero también podemos hacer que busquen juguetes, esto genera la activación de los circuitos neuronales del juego, activando al perro, y le permite gastar energía en una actividad entretenida.

8. Espacio de juego:

Las rutinas de juego son sumamente importantes en este momento, ya que generan un gasto energético importante. Se utilizan mordedores y en este juego de “tira y afloja”, es importante destacar que se genera un vínculo con el humano y que el mordedor debe ser adecuado a la mandíbula de tu perro. En el juego hay un inicio, un desarrollo y un final; en el inicio el perro se debe controlar antes de empezar a jugar, nosotros ocupamos las palabras “a jugar”, presentamos el mordedor, se debe controlar, si lo quiere tomar digo un “no” amable, cosa que entienda que no puede comenzar a jugar hasta que le digamos las palabras. La idea es que ambos disfruten el juego, algunas veces gana el perro y otras el dueño. Cuando gana el dueño le pide un “suelta”, cuando el perro gana se lleva el mordedor, ahí le puedo enseñar el “trae”. También debe saber cuándo finaliza el juego. Usamos un “basta” o “se acabó”.

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9. Resolución de problemas:

Al enfrentarse a un problema el perro debe pensar y manejar su capacidad de frustración para poder resolverlo adecuadamente. Además, aprenden que tienen herramientas para tener control sobre su ambiente, lo que les va entregando confianza. Mejoran también su capacidad de resiliencia al tener que trabajar por algo, esforzarse, y conseguir buenos resultados. La forma en que ocupamos la resolución de problemas es dándole desafíos al perro que le exijan enfrentarlos a sus temores, que tengan que mover cosas que en otro contexto lo intimidarían, aproximarse a cosas que suenan fuerte o inestables, etcétera. Es de vital importancia partir con ejercicios simples, que no requieran tanto esfuerzo, y de a poco ir incrementando su dificultad.

Tres ejercicios de resolución de problemas

Partiremos utilizando premios ricos (salchicha, jamón, queso) mezclándolos en recipientes de plástico con tapa; también podemos usar diarios, botellas plásticas, comederos complejos como los juguetes Kong, vasos plásticos y lo que sea que podamos ir mezclando y jugando. Aquí se trata de trabajar el ingenio y probar distintas formas. Por ejemplo, meter la cabeza en un pote plástico con diario arrugado, poner salchichas entre bolsas, botellas que se muevan y suenen mientras él las consigue, etcétera.

“Los perros cuentan con tres herramientas para resolver problemas. Estas son: empujando cosas con su nariz, ocupar la mordida para mover cosas y usar la pata para mover o sostener cosas. El objetivo es enfrentarlo a problemas que le vayan exigiendo el uso de todas estas herramientas. Esto lo hará más seguro al proporcionarle más formas de enfrentarse a su ambiente”, menciona Vicente Celedón. Ejemplos:

1. Tapas tipo Tupperware:

Partimos colocando una tapa sobre el premio, y tiene que empujarla sobre el piso con la nariz para conseguir el premio.

2. Potes plásticos con tapa:

Colocamos una salchicha dentro y con una tapa ligeramente más pequeña; la dejamos atravesada a la mitad, cosa que tenga que mover la tapa para conseguir el premio.

3. Pote + pote:

Colocamos un pote pequeño dentro de otro, y ponemos salchichas entre ambos, o debajo del más pequeño para que tenga que darlo vuelta y mover la tapa para conseguir el premio.


10. Propiocepción:

Se refiere a la capacidad de saber la posición exacta de cada parte de nuestro cuerpo, y es de vital importancia en el trabajo conductual de perros miedosos e inseguros. El tener mayor conciencia de su cuerpo y sus movimientos generan que tenga más coordinación, seguridad y le exigiremos salir de la zona de confort. Activará áreas del cerebro que queremos fortalecer, como la corteza pre-frontal, cerebelo, hipotálamo, entre otros. Las primeras etapas de este ejercicio son enseñándole a subirse a superficies; estas pueden ser cualquier recipiente o pote, y luego vamos variando a otras. Siempre debe ir acompañado de premios y jamás se debe exigir al perro más de lo que pueda, se debe avanzar extremadamente lento.

Acompañaremos este ejercicio con el comando “Arriba”, que le indicará al perro a colocar las patas en la superficie indicada. Comenzamos con las patas delanteras y luego sumamos las patas traseras. Después podemos hacer que se suba cada vez a superficies más pequeñas o podemos enseñarle a girar en estas superficies, obligándolos a aumentar la propiocepción del tren posterior. “También podemos hacer que haga equilibrio en superficies angostas, el objetivo es pensar y coordinar dónde debe colocar cada pata para no tropezarse. Es clave que estos ejercicios sean hechos de forma pausada y tranquila, intentando que se mantenga pensando y no alterado o ansioso mientras realiza los ejercicios”, finaliza el médico veterinario y etólogo.

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