Este sábado 5 de noviembre es el Día de la fauna chilena, fecha en que se conmemora a las especies que habitan en el país y que son parte de nuestro patrimonio natural. Especialista destaca que una de sus principales amenazas es la tenencia irresponsable de gatos y perros.
La fauna silvestre son animales que no están domesticados, viven en la naturaleza, muchos de ellos son nativos y se encuentran a lo largo de todo Chile, algunos son endémicos, es decir, se encuentran exclusivamente en nuestro territorio, explica Carolina Sánchez, médico veterinario de la Unidad de Rehabilitación de Fauna Silvestre (UFAS) de la Universidad Andrés Bello, quienes se dedican a la rehabilitación de especies silvestres que se ven afectadas tanto por la acción del hombre, como de la reinserción a su hábitat natural.
El centro UFAS está ubicado en Buin, y pese a estar emplazados una zona urbana, llega un gran número de animales que se ven afectados por una mala tenencia de animales domésticos. “Alrededor del 20% de los animales que ingresan a nuestro centro lo hacen por un ataque directo de perros y gatos, que son animales con tutores, no animales asilvestrados. Perros y gatos que están en zonas de campo, que tienen menos control y terminan correteando o atacando a los animales que viven en la zona”, menciona la doctora, quien además destaca las principales amenazas a las que se ven expuestos estos animales:
1. Gatos
Los gatos atacan reptiles, lagartijas y serpientes, en menor cantidad. “Las aves pequeñas como zorzales y tórtolas son las que más recibimos en el centro, ya que son fáciles de ser cazadas por los felinos domésticos porque son animales que, en la naturaleza, no están acostumbrados a depredadores como los gatos, que tienen formas de cazar bastante particulares. Lo triste es que las lesiones que los gatos le producen a las aves son extremadamente dañinas, ya que sus dientes están hechos para penetrar piel y músculo. La fauna silvestre tiene la peculiaridad de que como son animales presa, en la naturaleza ellos saben esconder sus signos muy bien y la gente dice que comen bien, se defienden, pero eso no significa que no sientan dolor, lo disimulan porque en la naturaleza si se muestran mal se los van a comer”, dice la médico veterinario.
La Dra. Carolina Sánchez agrega que “lamentablemente las aves presentan una mortalidad muy alta, aproximadamente el 80% de los animales que ingresa por el ataque de gatos fallece por la severidad de las lesiones”.
2. Perros
Suelen atacar a otros mamíferos. “Los perros van expulsando a los zorros de su territorio, los corretean como si fuesen un perro más. Los zorros llegan al centro con mordeduras en los muslos, en la zona genital, ya que suelen atacar la parte trasera y muchas veces presentan mordeduras en el cuello. El problema es que tratar una lesión por ataque de perro puede ser incluso más complicada y dolorosa que la ocasionada por un gato, debido a que los perros cuando muerden mueven la cabeza y hacen un movimiento violento con la cabeza para desgarrar. Se genera una mordedura de efecto “iceberg”, porque ves la piel y se ve un orificio, que es el agujero por el que entró el diente, pero debajo de eso está la lesión ocasionada por el movimiento y va acompañada de infecciones bacterianas severas, hay músculos que se desagarraron”, explica.
La doctora destaca que los perros de campo suelen ser de mayor tamaño, pesan alrededor de 30 kilos, tienen mayor capacidad de mordedura y ataque que los zorros, quienes suelen andar solos y los perros atacan en grupo, por eso el zorro está en desventaja. Además, “si bien los zorros se ven grandes no pesan tanto como un perro. Por ejemplo, el zorro chilla, que es gris y pequeño, pesa aproximadamente 3 kilos, a pesar de lo grande que se ve; el zorro culpeo que es el más grande, no pesa más de 8 kilos. Son animales más agiles y atléticos al correr, en cambio hay perros que cuentan con una masa muscular mucho más desarrollada que un zorro”.
Perros y gatos transmiten enfermedades a la fauna silvestre. “Los perros le transmiten sarna sarcóptica a los zorros, es un ácaro, el problema es que los zorros no son hospedadores naturales de estas enfermedades, por lo que son mucho más sensibles a ellas. Nos han llegado zorros que se ven irreconocibles, con una cola de "ratón” debido a la falta de pelaje que presentan, no tienen pelos en la cara, en el cuerpo, les aparecen escaras de posicionamiento debido a que permanecen más tiempo recostados, están delgados, suelen morir de frío. Lo positivo es que responden bien al tratamiento de la sarna sarcóptica, suele ser exitoso, lo impactante es cuando uno los ve llegar”, menciona la médico veterinario.
El virus del distemper canino también es transmitido a los zorros. “Según estudios y la experiencia en nuestro centro demuestra que es un virus 100% mortal en las tres especies de zorro que tenemos. No es como en los perros que se puede tratar y hay una posibilidad baja de supervivencia, pero la hay. El 100% de los zorros expuestos al virus muere, lamentablemente cuando llegan al centro, no hay muchas opciones de qué hacer y en su gran mayoría suelen ser cachorros. Hemos tenido casos en zorros de un mes, de dos meses, son enfermedades que uno espera que ya no estuvieran rondando en el mundo de los caninos, pero siguen latentes y afectan de una forma u otra a nuestros animales nativos producto de la tenencia irresponsable”.
3. Intoxicaciones con rodenticidas anticoagulantes
La fauna silvestre recibe los tóxicos de manera directa e indirecta. Las personas utilizan veneno contra los ratones, estos se lo comen, se producen hemorragias dentro de su cuerpo y fallecen por pérdida de sangre. “Es una muerte lenta, por lo que los ratones andan más aletargados, reaccionan menos al ambiente y una lechuza o un búho los ve, y es más fácil para ellos atraparlos y se los comen. Por lo que llegan al centro, principalmente aves rapaces nocturnas -búhos y lechuzas- con hematomas en todo su cuerpo, les tomas una muestra de sangre y no dejan de sangrar, porque no pueden coagular. El porcentaje de sobrevivencia es muy bajo, porque este tipo de intoxicaciones son crónicas, por lo que cuando el animal llega al centro ya lleva 3 o 5 días con el tóxico en su cuerpo. Son venenos que están hechos para que el animal no muera en el lugar, porque a la gente no le gusta ver un ratón muerto en su casa, por lo que prefieren que este se vaya y que el efecto sea tardío para que muera en otra parte”, explica la Dra. Carolina Sánchez.
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Si bien estas intoxicaciones tienen un mal pronóstico, en algunos casos se realizan transfusiones de sangre y si se logran recuperar, se liberan en el 100% de los casos. Sin embargo, la etapa de estabilización es la más complicada, porque tienes que estabilizar a un animal que no puede dejar de sangrar.
4. Intoxicaciones por órgano fosforado
Los órganos fosforados son plaguicidas y el 100% de los cóndores que reciben en UFAS llegan con este tipo de intoxicación. “El problema es que en esta época del año nacen corderos y terneros en la cordillera, entonces las personas tienen miedo de que los perros que andan rondando puedan a atacar o comerse a estos animales. Entonces rocían un cadáver de algún animal con el pesticida para que los perros se lo coman y mueran envenenados, pero no solo llegan perros a consumirlos, sino que zorros, cóndores y otros animales, y se intoxican. Esta intoxicación es a nivel neurológico, al ser aguda, si el animal se siente mal, eso indica que el veneno se lo comió el mismo día o el día anterior y tenemos más opciones de tratamiento. Hay un mejor pronóstico, sobre el 90% de los animales que llegan con este tipo de intoxicación sobreviven, siempre y cuando la gente pueda reaccionar a tiempo y lo traslade al centro. Son animales que llaman la atención, no es común encontrar un cóndor enfermo, que esté en un patio”.
Dra. Carolina Sánchez atendiendo a un cóndor.
5. Atropellos
La proliferación de autopistas y la ocupación de territorios por las personas ha provocado un aumento en los atropellos. “Recibimos zorros que suelen tener fracturas de cadera, también nos llegan reptiles, porque las serpientes, culebras y lagartijas buscan el calor del asfalto que se calienta con el sol. Los reptiles siempre buscan fuentes de calor, ya que son animales que no controlan su temperatura y dependen del ambiente exterior, entonces en la naturaleza buscan piedras, pero con los caminos le estamos brindando una gran fuente de calor. Hay serpientes que se estiran en la calle para buscar calor, lo mismo hacen las lagartijas”, explica la Dra. Carolina Sánchez.
¿Qué hacer si encuentro un animal con problemas?
La médico veterinario recomienda llamar al Servicio Agrícola Ganadero (SAG), ya que de acuerdo con el sector en que se encuentre el animal, ellos son capaces de realizar rescates de animales o indican cual es centro de rehabilitación más cercano donde acudir. “Otra opción es que la gente se informe y conozca los centros de rehabilitación que están más cerca de su zona. Nosotros nos encontramos en Buin, pero también hay uno en Santiago Centro, en el Cajón del Maipo, Antofagasta, Chiloé, etc. Llamar a los centros para que les informen los pasos a seguir con el fin de velar por la seguridad del animal y de las personas, porque muchos de estos animales van a intentar morder, garrear, si fuese un ave rapaz o un zorro, por ejemplo. Además, estos animales no están vacunados y pueden tener enfermedades que pueden ser peligrosas para las personas”.
Nuestros aportes
• Tenencia responsable. Es necesario cuidar que gatos y perros no anden deambulando, de esta forma se previenen posibles ataques. Mantener terrenos cercados, se recomienda tenencia de gatos indoor o habilitar catios para estos, el uso de cascabel (al momento de salir) o collares de colores para que las aves los puedan ver con facilidad. Además, es necesario que los animales estén con sus vacunas y desparasitaciones al día para evitar la transmisión de enfermedades.
• Evitar o disminuir el uso de rodenticidas, existen productos que no generan toxicidad. Mantener los lugares limpios y ventilados disminuye la presencia de roedores.
• Respetar los límites de velocidad para prevenir atropellos. Se necesitan medidas a nivel nacional como la implementación de correderos biológicos.
• Evitar o denunciar la caza de fauna silvestre, está prohibido por Ley de Caza.
• No poner trampas de animales como los guachis.
• Colaborar con actividades de educación y difusión de las características y beneficios de los animales en el medioambiente.
• Evitar acciones que pongan en riesgo el hábitat de las especies, por ejemplo, prevenir incendios, manejar residuos, cortes de vegetación.
Puedes seguir la labor de la Unidad de Rehabilitación de Fauna Silvestre (UFAS) en su cuenta de Instagram @ufas_unab.