Los plásticos no son degradados ni eliminados por la naturaleza, sino que van reduciendo su tamaño hasta transformase en micro o nano plásticos; las cuales son partículas microscópicas que contaminan agua, tierra, animales, entre otras cosas.
Por Veronica Cardona De Santiago
Un estudio realizado en 2019 arrojó que mundialmente los seres humanos generamos un estimado de 19 a 20 millones de toneladas de basura anualmente. De las cuales, 23 mil toneladas son plástico desechado solo por los chilenos.
Actualmente, el planeta cuenta con 5 islas de basura en las que prima este material, esto se debe a que es un material de corta vida útil, con poca capacidad de descomposición y humanamente lo hemos integrado a casi todos los aspectos de nuestra vida.
Los plásticos no son degradados ni eliminados por la naturaleza, sino que van reduciendo su tamaño hasta transformase en micro o nano plásticos; las cuales son partículas microscópicas que contaminan agua, tierra, animales, entre otras cosas.
En 2018, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) informó que casi 800 especies de la fauna marina estaban contaminadas con este material.
Se estima que las personas que son consumidores frecuentes de pescado ingieren hasta 11.000 de estas partículas anuales. Esto debido a que los animales confunden los plásticos con los alimentos o simplemente vienen adheridos a estos.
Estas partículas son tan pequeñas que han detectado su presencia desde órganos humanos como riñones y pulmones, hasta en células. Estas nanopartículas (que son más pequeñas que las micro) también existen en el aire que respiramos , la comida no marítima que comemos y el agua que ingerimos, están prácticamente en todos lados.
Los científicos no han podido responder a la pregunta de cuál es el daño que puede generarle a los humanos su presencia dentro de los cuerpos a largo plazo. Sin embargo, han logrado demostrar que aunque se reduzca la cantidad basura, la forma de eliminar los plásticos existentes es prácticamente imposible, por la incapacidad humana de verlos.
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