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Cachorros ¿Cómo evitar problemas de comportamiento?

La tercera causa de abandono de perros en Chile corresponde a las dificultades de conducta que presentan estos animales. La vacunación temprana es una herramienta clave para habilitar una pronta socialización de forma segura y prevenir enfermedades.

Cachorro, Pixabay
Cachorro / FUENTE: Pixabay

Al igual que nuestros hijos, los cachorros atraviesan distintas etapas de desarrollo hasta alcanzar la madurez. En ese sentido, si los niños no obedecen o provocan desorden, estamos conscientes de que este comportamiento es "natural para su edad" y sabemos que evolucionarán a medida que crezcan. En el caso de los perros, el problema es que nadie nos ha enseñado cuáles son sus etapas de desarrollo y qué debemos hacer como tutores para ayudarlos a crecer sanos y capaces de sociabilizar de manera saludable con otros animales y personas.

Un estudio que solicitó SUBDERE a la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Católica de Chile, sobre tenencia responsable, dice que el 92,1% de los chilenos que tiene animales de compañía (perros o gatos) considera que éstos son parte importante de su familia y le generan felicidad. Sin embargo, esto se mantiene hasta que surgen las conductas inapropiadas del animal que causan la ruptura del vínculo.

De los 8.306.650 de perros que tienen hogar en Chile, más de la mitad (56,6%) nunca sale a la calle y sólo el 65% va al veterinario una vez al año. ¿Por qué? Pues porque presentan problemas de comportamiento serios, tanto en los paseos como en las visitas al especialista. De hecho, "en la actualidad, la tercera causa de abandono (13%) de perros y gatos en Chile son los problemas de comportamiento del animal", sostiene la Dra. Daniela Reyes, Magíster en Etología y Bienestar Animal, quien expuso en la conferencia "¿Se puede vacunar contra el mal comportamiento? La importancia de la socialización temprana y segura", realizada recientemente por MSD Salud Animal. 

Problemas de comportamiento

Un problema de comportamiento es "cualquier conducta(s) que presente un animal doméstico que pueda causar lesión o enfermedad en el animal que la manifiesta o en otros y/o que resulte peligrosa o molesta para el tutor". Pueden variar desde conductas normales para la especie (morder objetos en un cachorro, marcar las uñas en un gato) hasta patológicas. Pero estos problemas no sólo afectan el bienestar de los animales, sino que el de todo el sistema familiar, por lo que es necesario comprenderlos y abordarlos de forma oportuna.

La genética, la experiencia y el ambiente son los factores que afectan la conducta de nuestros animales y, en su conjunto, producen transformaciones a nivel del comportamiento e incluso en la fisiología de los animales. La experiencia incorpora las vivencias tempranas del cachorro, desde su nacimiento, y también las prácticas de sociabilización. No es lo mismo un animal que socializó adecuadamente frente a otro que estuvo encerrado en una jaula o en una cueva. El entrenamiento que recibe el animal también dice mucho de su conducta futura.

En relación con el ambiente, hay varios factores que pueden intervenir en el comportamiento. El estrés prenatal de la madre puede afectar el desarrollo cerebral de la cría, así como la falta de motivación temprana impide que los cachorros respondan a los estímulos. De igual forma, la procedencia, la separación anticipada de la progenitora y estilos de apego con ésta y con su familia humana, son elementos para considerar. Todo esto determinará finalmente si los cachorros serán capaces o no de gestionar bien los estímulos del ambiente, tolerar la frustración y aprender. En cuanto a la genética, hay conductas (algunos trastornos de agresión, ansiedad, fobia, trastorno compulsivo) y ciertos tipos de depresión en los animales que están determinados por ella.

Períodos sensibles en el desarrollo

Cuando hablamos de los cambios en el comportamiento del perro durante toda su vida, hay fases críticas que se deben considerar, pues son las que realmente determinan su futuro en términos conductuales: Prenatal (concepción al nacimiento), neonatal (nacimiento hasta semana 2), transición (semanas 2-3), socialización (semanas 3-12) y juvenil (semana 12 hasta madurez sexual).

La socialización es la más importante por la extensión, la cantidad de aprendizajes y de cambios que experimenta el cachorro. En esta etapa, su conducta exploratoria está al máximo (muerde todo a su paso); el juego está muy desarrollado y está aprendiendo las conductas que son propias de su especie y de la nuestra. "Si la socialización es deficitaria, hay una alta probabilidad de que genere problemas conductuales, en el corto y mediano plazo. Una mala socialización es un factor de riesgo para la presentación de patologías del comportamiento futuro", indica la Dra. Reyes.

Fases de la socialización

Esta se divide en dos fases: primaria (entre 3 y 8 semanas), donde el cachorro aprende a comunicarse con sus pares, y secundaria (entre 8 y 12 semanas), en que aprende el lenguaje corporal de otras especies. En esta última hay aprendizajes que son críticos para el desarrollo conductual del perro, tales como la adquisición del autocontrol (mediante el juego aprende el control de la mordida y a autorregularse emocionalmente); la comunicación (aprende de la madre las costumbres propias de la especie y si fue separado tempranamente, el cachorro sencillamente no aprende) y el desapego (empieza a romper el vínculo filial materno y el  cachorro comienza a apegarse a su grupo social que, en muchos casos, es su familia humana).

Cómo ayudar a nuestros cachorros

Podemos trabajar con ellos en el acondicionamiento clásico que implica la preparación ante distintos estímulos visuales, táctiles y auditivos, los que deben ser variados y novedosos. "Cuando se realiza un programa de socialización, es importante tener en cuenta lo que el cachorro es capaz de gestionar. Si se trata de un cachorro enfermo, que ha pasado por una clínica, probablemente le va a costar más", explica la Dra. Reyes. También podemos usar el entrenamiento básico. Aunque no es obligatorio en esta etapa, es muy útil porque mejora el vínculo y el animal aprende a comunicarse. Es importante enseñarle habilidades sociales, presentándole a otros perros y también a una amplia variedad de personas (gente de distintas edades y condiciones).

Cuando la etapa de socialización no se cumple o se realiza inadecuadamente, los cachorros tienen más posibilidades de presentar patologías conductuales, tales como el síndrome de hiperactividad-hipersensibilidad (déficit sensorial, falta de concentración, no aprenden fácilmente o definitivamente no lo hacen y hay un descontrol motor), el síndrome de privación sensorial (no son capaces de gestionar los estímulos diarios, son animales fóbicos, agresivos por miedo), la disociación primaria (cachorro no es capaz de interactuar con otros animales ni personas) y trastornos asociados a los déficits sociales (agresividad hacia la gente, fobias hacia algunos sonidos, ansiedad, entre otros).

Beneficios de la inmunización temprana

Considerando que la socialización de los cachorros implica un mayor contacto social y, como consecuencia, mayores probabilidades de contraer enfermedades, MSD Salud Animal inició en Chile la campaña "Inmunización temprana para una socialización temprana".

"Históricamente, los veterinarios hemos sido responsables de la tardía socialización de los cachorros al querer protegerlos a toda costa de enfermedades como Distemper o Parvovirus, aislándolos hasta terminar el programa básico completo de vacunación; pero lo importante es que también podemos ser la solución, señaló el médico veterinario Matías Garrido, gerente técnico y de marketing de la Unidad de Animales de Compañía de MSD Salud Animal. Tenemos una línea de vacunas única, que permite comenzar la inmunización de los cachorros con alta tasa de respuesta a edades muy tempranas (incluso a los 45 días de vida), y que es una herramienta fundamental para poder habilitar una socialización temprana de forma segura, ayudando a prevenir no sólo las enfermedades mortales, como Distemper o Parvovirus, sino que también las serias consecuencias de una inadecuada sociabilización", recalcó. 

En efecto, con la línea Nobivac® de MSD Salud Animal es posible finalizar el primer programa de vacunación a las 12 semanas de edad. Así, los cachorros quedan protegidos y pueden salir sin riesgos a parques, plazas u otras instancias de socialización y aprovechar al máximo esta importante etapa de desarrollo que es clave en su comportamiento futuro.