"Se había ofrecido la posibilidad de salida alternativa, lo que significa que la maltratadora reconoce el delito y judicialmente se le decreta firma por un año o dos, sin quedar con antecedentes penales y que luego, de terminado el periodo, se le sobresee y es como si el delito jamás hubiese existido. ¡Por supuesto nos negamos rotundamente! Iremos a juicio hasta lograr condenarla, pues ella lleva más de 30 años ejerciendo este maltrato y negocio", relata Marcela Parada, directora de la Fundación Alma de Gato, refiriéndose a la investigación judicial que lidera en contra de la dueña del criadero Suerderlands que operaba de manera ilegal en Lampa y cuyos ejemplares fueron decomisados en agosto recién pasado.
El 2017 fue la primera vez que como revista supimos de la existencia de esta verdadera "fábrica de perros" ubicada en la comuna de Lampa, en el sector norte de Santiago. Nos habían llegado advertencias del estado deplorable de los cachorros que se vendían, y que el veterinario a cargo de las cesáreas era Claudio Parra (hoy fallecido), quien fue denunciado por maltrato animal y ejercicio ilegal de la profesión.
Dentro de las prácticas de la dueña de este lugar estaba cruzar a las perritas desde su primer celo, 2 veces al año, lo cual el Kennel Club de Chile señala claramente que no es permitido. Producto de ello, muchos de los cachorros morían a causa de la malnutrición y desgaste de las madres, mientras que otros ni siquiera alcanzaban a nacer y quedaban dentro de la madre, muchas veces con consecuencia de muerte y en otras momificados.
Las instalaciones también contribuían al maltrato: la "maternidad" donde dejaban a las perritas recién paridas no contaba con un cierre que impidiera la entrada del frío de Lampa (temperaturas de -0 grados en las noches de invierno) o el exceso de calor en verano. Además, los cachorros que sobrevivían eran entregados a los compradores -según denunciaron varios de ellos- antes de cumplir un mes y medio, con pulgas, lombrices y un olor pestilente. Nadie tenía acceso a ver a los padres ni tampoco al lugar donde vivían los cachorros.
También nos llegó información de que los perros que ya no servían para cruza eran dados en adopción con signos evidentes de maltrato, esto es, casi sin pelaje, con hongos, infestados de lombrices, con colas quebradas, heridas por mordeduras y, sobre todo, con terror a los seres humanos.
Por todas estas razones decidimos investigar y hacer seguimiento a las denuncias. Eran decenas, por lo que nuestra interrogante fue ¿por qué nadie ha logrado frenar esta situación?
Monstruoso
¿Quién dirigía este lugar? La dueña es una mujer de más de 70 años en la actualidad, quien se ha dedicado por más de 30 años a la crianza de perros y que en sus inicios perteneció al Kennel Club de Chile, quien recibió denuncias de otros criadores y de compradores por las condiciones en que entregaba a los cachorros y, en algunos casos, por la necesidad de fiscalizar el lugar. Los vecinos de su condominio sabían que algo pasaba, pero no se atrevían a hacer nada por temor a ella. A la casa la llamaban "la mansión siniestra".
Después de la tercera denuncia -en diciembre del año 2021- la Brigada Investigadora de Delitos Contra la Salud Pública y Medio Ambiente (Bridesma) entró al criadero y consideró que los perros "no estaban en tan malas condiciones"; en esa oportunidad, el organismo emitió una advertencia a la dueña, señalando que debía disminuir el número de animales".
"Nosotros bloqueamos este criadero años antes de la pandemia, es decir, no pudieron seguir inscribiendo sus cachorros... Después de esto, la dueña renunció al Kennel Club de Chile. Esta acción la hicimos porque nos enteramos que estas perritas se reproducían desde el primer celo hasta que literalmente morían", recuerda Milenko Ullrich, médico veterinario y director de crianza del Kennel. Explica que dentro de las normas de la institución, se específica que "para la primera cruza se debe esperar una madurez de la hembra, se puede reproducir hasta máximo los 8 años de edad, y no en todos los celos".
Pero ese tipo maltrato no eran las únicas faltas del criadero que destacaba en sus RRSS que eran expertos en "razas exóticas", por ejemplo, Dachshund, Chihuahua, Bulldog francés e inglés, incluidos perros de colores poco comunes como los Arlequines, que tienen ojos azules en algunos casos y manchas de distintos colores en el manto. Conscientes de que cruzar dos ejemplares Arlequines estaba prohibido por la salud del cachorro - se describe que nacen sordos, ciegos o sin globos oculares- lo hacían de todas maneras.
"El reglamento del Kennel busca el bienestar y la salud del cachorro; la cruza de dos Merle o Arlequines tiene como consecuencia ceguera o sordera", explica Ullrich. Debido a eso en este lugar hubo perros que nacieron sin los globos oculares o con ojos anormalmente pequeños, además que la cruza entre parientes traía consigo patologías físicas, parálisis y una corta vida.
El comienzo del fin
La Fundación Alma de Gato logró intervenir por primera vez en este lugar. "Llegué al caso por una estudiante de Medicina Veterinaria que llevaba 2 años sacando perros en estado agónico. Ella consideró que la situación era cada vez más grave y había que rescatar a todos", relata Marcela Parada, directora de la Fundación Alma de Gato.
Agrega que, "según la información que tenemos había 5 denuncias antes de la nuestra, que venían desde el 2019, las cuales fueron archivadas y cerradas dado que la Bridesma, aún viendo la situación grave de los perros cuando fue a fiscalizar, llegó a la conclusión que no existía maltrato animal".
A comienzos de agosto de este 2024, nuevamente la Bridesma ingresó al criadero producto esta nueva denuncia de Alma de Gato. "Los perros se encontraban en una situación de higiene y salud deplorables. Lo más grave eran los casos positivos a brucella, distémper, erliquia (enfermedad que transmite la garrapata), con anemias severas, y problema dental crónico", señaló el equipo de veterinarios que participó en este operativo.
"De las 7 perras preñadas al momento del rescate, al menos 3 estaban con cachorros muertos en su interior; un Bulldog tenía enfermedades cutáneas, y otro traía una "bolsa de tabaco" (prolapso anal) cosida con hilo de ropa. Los Chihuahuas tenían malformaciones en extremidades y genitales, hembras con hernias por las cesáreas caseras y, lo que evidenciaba una vida de maltratos: todos con problemas conductuales importantes; le tenían pánico a los hombres y a la escoba", relata Marcela.
*Hugo: Es uno de los perros que fue rescatado. Parapléjico, debió ser dormido debido a una hernia y mielo encefalitis.
Los 58 perros decomisados fueron reubicados en hogares temporales, todos con diversos tratamientos y apoyo etológico. "Les cambió la vida salir de ese infierno", declara Marcela, quien lideró el operativo junto al equipo de la fundación (Sofía Schipman, Felipe Garrido, Valentina Tam) y los médicos veterinarios Cristóbal Jones y Nicolás Suárez, además de Byron Araya, técnico veterinario. La Municipalidad de Lampa les entregó el espacio para hospedar a los perritos previo a su partida a los hogares temporales.
Sin compradores no hay oferta
El caso de este criadero ilegal de Lampa dejó en evidencia que la demanda por cachorros de raza, y la falta de investigación por parte de los compradores, son dos de los motivos de prosperidad de este tipo de negocio millonario, en el que los cachorros se ofrecían a valores entre $500.000 y $900.000.
"Después de haber participado en varios decomisos tenemos la convicción que urge un registro de criaderos o criadores de animales, el cual se prometió con la promulgación de la Ley 21.020 de Tenencia Responsable (conocida como Ley Cholito), la cual hasta el día de hoy no se ha creado. Urge también que se habilite el Registro Nacional de Mascotas, y que se habilite la inscripción en los municipios para que así se fiscalice constantemente y se les multe o se les cierre si esto aplica. Con respecto a los compradores, sólo decir que los animales de raza también sufren. Cada vez que una persona compra un animal de raza, hay hembras que siguen siendo explotadas y esclavizadas de la peor forma. La realidad es que si no hay compradores no habría oferta, por lo tanto, para dejar de ver casos como éste, la gente debe dejar de comprar perros de raza", señala Marcela Parada.
Sobre el por qué esta denuncia sí prosperó -a diferencia de las 5 anteriores- explica que "en nuestra experiencia creemos que denunciar directo a las policías (Bridesma y Carabineros) es solo perder el tiempo, ya que no tienen la obligación de acudir. El conducto más viable siempre es a través del formulario del Ministerio Público (www.fiscaliadechile.cl/Fiscalia/quienes/formularios.jsp), ya que esta instancia obliga a investigar por parte de Fiscalía... Como ciudadanos debemos involucrarnos, no existen las denuncias anónimas; es importante proporcionar los datos del maltratador y pruebas (videos o fotos), ya que sólo puedes denunciar lo que puedes demostrar judicialmente".
Al respecto la abogada Alma Sánchez, quien ha llevado al menos 3 causas de maltrato animal en criaderos, señala enfáticamente "la reproducción domiciliaria es ilegal porque no cumple las normas sanitarias ni tributarias".
Perros rescatados
Señala que la Ley 21.020 hace referencia a crear un registro de criadores y un reglamento que regula dicho registro, además de establecer las condiciones en que deben estar los animales, la fiscalización y la forma en que deben venderse, en el sentido que deben venderse esterilizados. Esta Ley busca evitar la reproducción ilegal de animales. En estricto derecho una persona que quiere dedicarse a la reproducción de animales debe ajustarse a las normas generales y específicas del código sanitario, tienen que pagar patente y procurar que los animales estén en buenas condiciones de salud, para evitar la propagación de enfermedades por hacinamiento y también por cuidar el bienestar animal.
Este caso corresponde a uno de los cientos de criaderos ilegales en nuestro país, donde mantienen en condiciones de maltrato a los animales. Cada vez que compras un ejemplar de raza, probablemente hay una perra encarcelada y obligada a parir cada 6 meses. Es fundamental saber de dónde viene tu perro y en qué condiciones están sus padres. Comprar sin averiguar es contribuir a la proliferación de fábricas de cachorros, maltrato y sufrimiento animal.