Fundación Veg se une a la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, un recordatorio de la lucha constante por erradicar las múltiples formas de violencia que las mujeres enfrentan en todo el mundo. Sin embargo, este día también es un llamado a reflexionar sobre las diferentes formas de opresión que afectan a las hembras, como lo es el especismo.
El feminismo antiespecista reconoce que la violencia hacia las hembras se manifiesta también en la explotación y opresión de todas las formas de vida. De igual manera que las mujeres han sido históricamente tratadas como objetos de explotación, los animales no humanos son víctimas de un sistema que les priva de su autonomía y les somete a condiciones de sufrimiento, abuso y muerte. En este sentido, el feminismo antiespecista denuncia no sólo la violencia hacia las mujeres, sino también la violencia que enfrentan las hembras dentro de un sistema que las oprime principalmente por su capacidad reproductiva.
Las gallinas pueden vivir entre 10 y 15 años, sin embargo al ser forzadas a producir huevos solo sobreviven alrededor de 2 años. En la industria láctea, las vacas desde los 15 o 16 meses son inseminadas artificialmente, pues al igual que los humanos, solo producen leche al dar a luz. Cuando los terneros nacen, son separados de su madre para evitar que consuman su leche, esto genera en las vacas un fuerte estrés y dolor emocional, hasta el punto de mugir durante días debido a la tristeza.
Por ello, al adoptar un enfoque antiespecista, se desafía el mismo sistema que perpetúa la violencia hacia las mujeres y los animales, reconociendo que la lucha por la liberación es una causa interconectada y no distingue de especie. Optar por decisiones de consumo más éticas y conscientes es una manera concreta de contribuir a esta lucha, al dejar de apoyar una industria que explota y cosifica a las hembras.
Como parte del compromiso de Fundación Veg con el respeto a la vida animal, resaltamos el trabajo de nuestra directora general, Ignacia Uribe, quien en su libro "Cómo Ser Vegan Hoy" aborda la intersección entre el feminismo y el veganismo. En esta obra, Ignacia explora cómo ambos movimientos comparten una lucha común contra la opresión y la violencia y por lo tanto, es necesario promover un feminismo que incluya a los animales no humanos; un feminismo antiespecista. El libro invita a reflexionar sobre cómo nuestras decisiones cotidianas, especialmente en torno al consumo, pueden ser un acto de resistencia y empoderamiento.
"La interseccionalidad entre el feminismo y el veganismo, es una forma de cuestionar y desafiar los sistemas de opresión que afectan a las hembras de todas las especies. No podemos hablar de liberación sin reconocer la violencia que afecta a todos los seres sintientes, por eso optar por una alimentación basada en plantas es tanto una posición ética como un acto político que nos acerca a un mundo más justo", indicó Ignacia Uribe.