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Perros en marchas: Por qué no

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Durante las manifestaciones que se realizan en el país hemos visto cómo los perros abandonados se han visto expuestos a gases lacrimógenos, balines, el chorro del guanaco y diversas situaciones que representan un peligro para ellos. ¿Cuáles son los reales efectos?

Por Isabel Pinto G. La imagen de manifestaciones, en muchas ocasiones, incluye un perro. Uno o un grupo que corre de un lugar a otro o que manifiesta algo de agresividad si se le acercan. Están presentes en las marchas y protestas y ha quedado en evidencia en una series de registros audiovisuales y fotográficos. El punto es ¿por qué lo hacen? ¿les afecta? ‘’Se suman voluntariamente, en primera instancia a las marchas pacíficas. Cuando los perros ven aglomeraciones de personas se acercan porque son una especie social y, por lo tanto están ávidos de contacto, si ese contacto no lo encuentran en un grupo de perros, lo van a buscar naturalmente con personas’’, destaca Gonzalo Chávez, médico veterinario, miembro de la Comisión de Tenencia Responsable de COLMEVET y docente de la Universidad Santo Tomás. Ahora bien, llama la atención que estos animales se mantengan en las manifestaciones incluso cuando éstas se vuelven violentas. ‘’Existen distintas teorías, hemos visto en redes sociales que algunas personas creen que los perros se suman a la lucha y empatizan con las personas que buscan la justicia social en la calle, y que incluso tienen algún bando. Sin embargo, cuando uno empieza a hilar un poco más fino, efectivamente el perro participa de esta actividad donde se ve envuelto de manera absolutamente intempestiva. Se ven expuestos a una tremenda cantidad de estímulos, muchos de ellos el perro los percibe como aversivos y, por lo tanto, responde de una manera más ofensiva o defensiva, agresiva al fin y al cabo’’. En las manifestaciones hemos podido ver que los perros se comportan de manera agresiva con uniformados, les ladran, y se enfrentan con el carro lanza agua. Gonzalo Chávez explica que estas reacciones ‘’podrían responder al hecho que andan uniformados. Llevan cascos, escudos, protecciones, en cambio el manifestante anda vestido con ropa de civil común y corriente, eso al perro le resulta más natural. Me atrevería a decir que el hecho de que el perro no pueda predecir la conducta del uniformado porque tiene un movimiento más robótico, si lo vemos de una manera más coloquial, eso el perro lo percibe de una manera más peligrosa y ofensiva para él. Eso podría justificar el hecho de que se comporte de una manera más agresiva con ellos’’.

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¿Acostumbrados?

Los perros que viven en situación de abandono en las calles, a diferencia de uno que vive en un departamento, están habituados al sonido del tráfico, de las alarmas y sirenas de los bomberos. ‘’Un perro abandonado puede no inmutarse durmiendo en el centro de la Alameda, en medio del tráfico de la ciudad. Sin embargo, cuando existen situaciones o contextos como el que estamos viviendo, donde ellos no logran adaptarse, hay ciertos estímulos que son nuevos para su entorno, los reconocen como potencialmente peligrosos para ellos, entonces claramente van a reaccionar de manera agresiva’’, agrega el médico veterinario. Los canes que se han visto expuestos a situaciones de violencia en las manifestaciones suelen estresarse y tener conductas agresivas con personas que los intentan ayudar y sacarlos de las zonas de conflicto. ‘’Es una conducta absolutamente normal, se da en una situación de riesgo, esto pasa en un montón de especies, incluso en el ser humano. Cuando uno se ve en una situación de riesgo uno se siente tan vulnerable, que empieza a generalizar el riesgo a cualquier cosa que te rodea. Estas situaciones hacen que uno esté más hiper reactivo, que incluso frente a un estímulo muy menor uno puede sobre reaccionar, porque en todo lo que te rodea uno ve un potencial riesgo. Eso se da mucho, por ejemplo, cuando uno quiere ayudar a un perrito que lo han atropellado, y uno con toda la buena intención de acercarse a él para ayudarlo, pero como el animal se encuentra en shock y está tan asustado que generalmente tiene la intención de morder porque es un mecanismo de defensa’’, explica. Los perros que se encuentran en los alrededores de los lugares donde se concentran las manifestaciones en contextos violentos, expresan un problema de adaptación a través de la sobre reacción. ‘’En este caso es válido intentar hacer la homologación de lo que le ocurre a las personas que viven en esos sectores cuando los entrevistan en las noticias siempre dicen que están súper agotados, que no pueden dormir tranquilos, ni descansar bien, que tienen conflictos dentro de sus propias familias producto de lo que está ocurriendo alrededor. Ese estrés ambiental es igualmente nocivo para un animal que además no entiende lo que está ocurriendo y se ve enfrentado a esa situación’’, menciona el docente de la Universidad Santo Tomás.

RIESGOS

Los perros que acuden a las marchas corren el riesgo de verse afectados por la misma masa. ‘’Cuando las personas escapan de la policía pueden resultar heridos, atropellados. A veces, hay mascotas que acompañan a sus tutores y pueden resultar perdidas. Hay que evitar que la genta asista a estas marchas con sus animales, aunque sean de base pacífica, implica un riesgo innecesario’’, destaca. El miembro de la Comisión de Tenencia Responsable de COLMEVET, explica que los perros son mucho más pequeños que un ser humano adulto, por lo tanto, ‘’son mucho más vulnerables al efecto de los gases lacrimógenos, al efecto de recibir el impacto de un balín, porque la masa muscular de ellos es mucho menor. Los gases lacrimógenos, al ser individuos mucho más pequeños, el gas puede generar efectos todavía más tóxicos. El efecto clínico o patológico es muchísimo mayor si uno lo compara con el efecto que produce en un adulto. Entendiendo que el efecto que produce en un adulto es casi paralizante e inhabilita, en un animal, que además está mucho más cerca de la fuente de emisión del gas lacrimógeno, porque son mucho más bajos que una persona y al estar más cerca del suelo se ven mucho más expuestos’’. El doctor destaca que en caso de que un perro sea expuesto a los gases lacrimógenos, es necesario, ‘’según los protocolos que está recomendando el Colegio Médico Veterinario, una limpieza de la mucosa oral, ocular y nasal con agua con bicarbonato. Sacarlo de la fuente que está contaminada y permitirle una buena oxigenación’’. En relación a si debe ser bañado para eliminar los residuos de su cuerpo, el docente menciona que ‘’en relación al uso del agua hay algunas propuestas que son de alguna manera contradictorias porque plantean que el bañarlo con agua podría fijar todavía más y aumentar la absorción del gas. De todas maneras es recomendable ir a un control con el médico veterinario para ver que las vías aéreas superiores no estén afectadas o que vayan tener algún tipo de lesión, básicamente irritación que pudiese afectar una correcta oxigenación’’.

ESTRÉS POST TRAUMÁTICO

Los animales son seres sintientes y que expresan también emociones. “El estrés, la angustia, el miedo, la ansiedad, son todas emociones, que al menos perros y gatos, expresan prácticamente de la misma manera que el ser humano, y por lo tanto, todo ese contexto los afecta del mismo modo. Hay animales que están presentando síndromes de ansiedad o trastornos de ansiedad generalizada, igual que las personas, y trastornos de estrés postraumático’’, detalla Gonzalo Chávez. El especialista explica que la forma más evidente de visualizar este tipo de trastornos en un perro, es la hipersensibilidad y la sobre reacción. A modo de ejemplo, ‘’pensemos en los cacerolazos, donde hay personas que golpean ollas, cacerolas, tapas, etcétera, y que eso puede haber generado un estrés en el animal. Cuando el animal escuche un sonido similar va a sobre reaccionar y demostrar manifestaciones evidentes de un miedo sobredimensionado para lo que significa realmente ese estímulo. El perro vuelve a vivenciar o revive la experiencia traumática a partir de un estímulo que puede ser directamente relacionado con el contexto original o empezar a identificar otro tipo de estímulos que pueden ser aromas, sonidos, incluso colores, cualquier cosa que al perro le recuerde esa situación, la vuelve a vivir y expresa todas las emociones que vivió en ese momento que fue negativo para él’’. La recomendación es consultar con un etólogo. “El estrés postraumático es poco probable que se resuelva por sí solo, un profesional puede recomendar una correcta asesoría y en ese sentido son los médicos veterinarios etólogos son los que van a poder dar una mejor recomendación y ayudarlos a salir adelante’’, finaliza.

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