Los perros son seres inteligentes, capaces de entender y acatar órdenes, es por esto que tienden a aburrirse cuando su cerebro no está lo suficientemente estimulado, reflejándose mayormente en problemas de conducta.
Los juegos didácticos son las actividades perfectas para distraerlos tanto física como mentalmente.
Las escondidas, cuando salen a pasear esconderse de tu can, es un juego sencillo, sin embargo, el esfuerzo que este realizará al buscarte no solo será visual, sino también olfativo, y físico.
Los juguetes que expulsan comida, jugar con este artículo le dará premios a la vez que se que se divierte. La versión casera de este juego es juntar dos bandejas de cartón (en donde vienen los huevos) y poner comida dentro, así él jugara con la caja para sacar el alimento.
Escarbar o abrir hoyos en la tierra y conseguir una recompensa es el juego que más le agotará, especialmente por qué se ve incitado por el olor de la recompensa. No obstante, a veces solo excavan por el puro placer de hacerlo, aunque a final, no consigan nada.
Buscar la pelota, es el juego más conocido; sin embargo, es el más contraproducente, ya que buscar constantemente la pelota "sin ningún objetivo" los estresa y frustra.
Otra actividad perjudicial y contradictoria es colocarles comida dentro de calcetines, puesto que le estarías indicando que está bien jugar con tu ropa o zapatos, pues ellos asocian olores.
Puedes ponerle premios en alfombras olfativas, esconderlos bajo los muebles o en el pasto.
Estos juegos y actividades afianzan el vínculo de la persona con la persona que le acompaña, así también, generan autoconfianza en el can y desarrollan su inteligencia.