En el marco del Día Mundial de los Animales, la fotógrafa española Marina Cano encabezó la Conferencia Internacional sobre Fotografía Documental y de Naturaleza, organizada por Canon, marca de la que es embajadora. Ha ganado dos veces el premio Wildlife Photographer of the Year y junto con sus 4 libros sobre naturaleza y vida salvaje animal, ha publicado en National Geographic, y, es doctora Honoris Causa de la Universidad de Bogotá por su labor ligada a la fotografía y la conservación de la naturaleza.
Su padre era fotógrafo aficionado y le transmitió su pasión. Recuerda que cuando era pequeña lo veía revelando fotos en un cuarto oscuro con una luz roja, su casa estaba llena de fotos en blanco y negro. "A los 17 años empecé a fotografiar con su cámara, a revelar, experimentar y jugar. Comencé a ir a tomar fotografías al Parque de fauna Cabárceno (Cantabria, España), que está a 20 minutos de casa y me pareció fascinante. Cada día era diferente porque cada día los animales se movían de una manera distinta, surgían oportunidades a cada minuto, la luz cambia y todo eso me empezó a encantar".
Amor por los animales
Si bien nos cuenta que siempre le gustaron los animales nunca pensó en trabajar en algo relacionado con ellos, asegura que todo surgió como una casualidad y que no lo buscó. "Primero llega el tema fotográfico y después el amor por los animales, fue en ese orden. Fui al parque a fotografiar animales como cualquier otro tema, y de pronto haces un clic interno, donde te interesas por ellos, por su bienestar. Es mucho más allá que la fotografía, es una admiración, me siento a gusto con los animales, soy una persona introvertida y ellos me dan paz. Al compartir y observarlos te llegas a sentir uno de ellos, te sientes súper a gusto. Los animales no te juzgan, no están ahí pensando por qué viene, simplemente te acogen".
En este viaje a Chile fuiste a Patagonia ¿Viste pumas?
Sí, el último día en Torres del Paine había un puma, estaba en una lomita a 400 metros. Nosotros estábamos quietos observando y de repente decide moverse, camina por la ladera, cambia la trayectoria y empieza a caminar hacia nosotros. Vino a vernos por curiosidad, esos son momentos que te dan los animales. Era una hembra joven, entonces te sientes tan privilegiada cuando pasa eso porque son ellos los que deciden estar contigo un ratito. A ti te va el corazón a 1000 otra vez porque tampoco sabes muy bien hasta dónde va a venir. Nunca invades son ellos los que vienen.
De todos los lugares en que te ha tocado estar ¿Cuál es el que más te ha impresionado?
Es que no hay uno, es imposible escoger. Hay muchos momentos, momentos increíbles. Esta experiencia con los pumas fue un gran momento donde siento agradecimiento, felicidad. Al igual que cuando fotografié a una leoparda melanística que caminó, se paró delante y me miró a los ojos durante 30 segundos, eso es mucho. Fue en medio de la noche y pensé "me está diciendo algo", no sé muy bien que fue, pero me sentí agradecida. Fue un momento único porque estábamos solos con ella y podíamos haber seguido, hacer más fotos, pero después de esa mirada yo dije vamos a dejarla.
Aprecias los momentos ¿Sientes una conexión con los animales?
Sí, ellos te dan unas miradas... Y unos momentos de acercamiento, son animales salvajes que te perdonan la vida, porque si quieren, en el caso del puma, porque en África siempre estás en un coche. Los leones podrían entrar si quisieran, menos mal no quieren (ríe). Son momentos en los que me siento afortunada como cuando capté a este elefante con colmillos enormes. Estaba en el suelo y él 4 metros, que te deje estar ahí, que te lo permita es un regalo y los atesoro.
¿Tienes algún animal favorito?
Es como preguntarle a una madre cuál de tus hijos es su favorito. No, porque cada uno de los animales que he fotografiado me ha brindado y compartido momentos mágicos. Desde un elefante, un lince, el caracal, ahora con los pumas, los leones me tienen fascinada. Es que podría seguir, las jirafas, todos.
Alguno que te haya sorprendido...
Una de las sorpresas más agradables ha sido encontrar el caracal. Que dicen que elige a la persona que quiere que lo vea.
¿Te consideras afortunada?
Sí, me encantan esas historias porque te hacen sentir como el elegido (ríe). He tenido tantos encuentros, tantos momentos mágicos, prácticamente con casi todas las especies. Recuerdo el encuentro con caracal, es la única vez que en mi vida he visto uno. Esta madre que transportó a sus cachorritos. También cuando vi a una leona con sus cachorritos, hay momentos de mucha intensidad.
¿Te conmueves cuando logras ver a una madre con sus cachorros?
La verdad es que reconozco que mamás y cachorros son un tándem potentísimo porque hay tanta ternura, tantos momentos fotográficamente de relación. Una madre y sus cachorros es emoción, se traspasa al mirar las fotografías, son mis momentos favoritos.
¿Qué has aprendido de los animales?
Me han enseñado tanto, empatía, generosidad. Me han enseñado a encontrar paz estando con ellos. Los veo en muchos aspectos, no todos, muchísimo mejores que el ser humano. El cuidado de los miembros de las familias, dependiendo de qué grupo o de animales estés, como los lobos, los elefantes. El ser humano es el animal que más muertes causa en todo el planeta.
¿Por qué crees que ellos te transmiten paz?
Primero porque estás en la naturaleza, en lugares absolutamente preciosos sin ninguna contaminación ni acústica, ni lumínica, ni de edificios. Estás en un entorno en el que es un privilegio el hecho de estar. Aunque no pase nada espectacular para fotografiar estar allí es una maravilla y si encima encuentras los animales y estos admiten tu presencia. Eso me hace sentir paz, es armonía con la naturaleza de la que venimos, esa conexión con tus raíces, con tus ancestros.
¿Qué significado tiene África para ti?
Hay algo en África que es como un imán para mí, me atrae de una forma ancestral. Hay algo ahí, no sé lo que es. Estuve en agosto en Tanzania y tengo la sensación de que hace muchísimo que no voy y quiero volver. Tengo una conexión muy, muy especial, me dejo llevar por los sentimientos y sé que allá tiene que haber algo más.
¿Qué buscas transmitir a través de la fotografía?
La emoción trepidante que siento cuando tomo las fotos. La fotografía nos conducirá al amor y el amor a la conservación, eso es. Creo que, a través de mis fotografías, quien las ve siente esa conexión con el animal o con la naturaleza. Al sentir esa emoción de ternura, fascinación, de la belleza que está viendo, todo eso nos lleva a querer cuidarla y comprometernos con ella cuando conocemos que está en peligro. Mi fotografía tiene un mensaje de fondo que es la conservación.
Conservación
Marino Cano mencionó durante su presentación que entre 1970 y 2014 se ha reducido un 60% de la población mundial de peces, aves, mamíferos, y anfibios por la actividad humana. Es decir, que en menos de 50 años con nuestra actividad humana hemos aniquilado a más de la mitad de los seres vivos de este planeta. Se ha perdido el 40% de los bosques trópicos y subtrópicos de la tierra por la agricultura comercial. La sobreexplotación de los recursos y de las especies junto con la contaminación provocan la pérdida de biodiversidad, según un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). "Hoy en día, estas cifras son aún peores y más críticas. Existe una demanda sin precedentes de energía, tierra y agua provocada por el consumo de la sociedad. Y, en el caso de África, los elefantes son uno de los más afectados, debido a la pérdida de hábitat y al consumo de marfil. Cada 20 minutos un elefante es asesinado en África por el consumo de marfil".
¿Qué podemos hacer?
Tomar decisiones de consumo sostenibles, apoyo a organizaciones en defensa de la fauna y máxima difusión. Hemos nacido y estamos metidos en ese engranaje de la vida, del trabajo y de nuestras costumbres sociales, de vestirnos, divertirnos, beber, usar distintos productos, y me incluyo en ese mundo de consumo, pero debemos tener un consumo responsable. Todo lo que consumimos es un daño al planeta brutal. Debe haber decisiones políticas a otros niveles, y la educación también es importante, veo adolescentes que van a ciertas zonas, compran cosas y las dejan tiradas en una playa preciosa, en un entorno de la ciudad maravilloso. ¿Qué educación les están dando en su casa? No sé cómo se puede llegar a esas nuevas generaciones que son el futuro, y si en los tiempos que corren no son capaces con la información que hay ahora, después de una pandemia, todo lo que se sabe y se conoce, que no sean capaces ni de recoger su propia basura es que me parte el alma.
Te gustaría dar algún mensaje...
Humildad. Somos un punto más de este engranaje de un planeta que es de todos y tendríamos que aprender y entender que no somos dueños y estamos abusando. Por ejemplo, las haciendas inmensas que hay en Patagonia eran de los pumas, se hicieron cercados y vallas para instalar al ganado. Esto es mío, tú te acercas aquí y te mato, cuando realmente era de ellos, lo único que no tenían un papel, pero eso era suyo. Ellos vuelven a su territorio, nosotros estamos empujando y acorralando a los animales dejándoles un espacio mínimo. En China, el oso panda tenía unos lugares inmensos y ahora están creando corredores porque se han quedado poblaciones aisladas y los corredores buscan que las poblaciones de pandas se puedan comunicar entre ellos. A nivel global es que nos hemos hecho con todo, como si fuera nuestro. El mensaje es humildad, hay que entenderlo, somos una parte más del planeta y tendríamos que darle el lugar que se merecen los animales, los mismos derechos que nosotros.
Finalmente, Marina Cano menciona que es una privilegiada al poder hacer lo que le gusta. "Estar en contacto con animales y con naturaleza salvaje, y además de poder transmitir un mensaje y hacer de todo ello mi profesión es un enorme privilegio. Esa parte es genial".
"Si tus sueños no te asustan es porque no son lo suficientemente grandes"
Marino Caro destaca que para ella la fotografía es vida, tanto así que decidió cambiar de profesión. "Soy licenciada en música y he sido profesora en una escuela de música bastantes años. Paralelamente seguí haciendo mis fotos como una aficionada, pero llegó la época de Internet y de Facebook y todo creció sin apenas darme cuenta. Me empezaron a conocer, a llamar, a comprar fotos, un día que tenía más ingresos de la fotografía que de la música. Llega un momento en que dije uf, tiene que ser ahora o nunca, porque ya me habían nombrado embajadora de Canon y daba charlas. Pedía permisos para hacer viajes, pero hubo un momento en que ya no podía, era lo uno o lo otro. Era un salto porque dejaba un trabajo fijo y saltaba sin red hacia un mundo desconocido donde no sabes qué va a pasar. Pero dije prefiero arrepentirme y, por lo menos intentarlo que quedarme con la duda o arrepentirme de no haberlo intentado y dije ¡no, aunque pase hambre, voy a hacerlo. Me siento orgullosa de todo esto y miro hacia atrás y digo ¡Nena lo has hecho muy bien!".