Aracely Cretier nos cuenta que desde pequeña sintió una conexión con los animales. Creció junto a una perrita llamada Miky, y Muñeca, una gatita, quienes vivían en el patio de su casa, "en ese tiempo no había ni una posibilidad de que durmieran conmigo en la cama. La Miki me acompañaba a la iglesia y me iba a dejar a la micro cuando tenía que ir al colegio, ella siempre quería estar conmigo. Crecí en el sur viendo mucho maltrato animal, viajé a un funeral hace un par de meses y vi perros amarrados delante de las casas con cadenas. Ese tipo de cosas, lamentablemente, las sigues viendo en zonas más rurales, sobre todo en gente mayor, por eso es fundamental educarlos. Siento que Chile ha avanzado en cuanto a la tenencia responsable, pero no lo suficiente, nos falta mucho".
La manada de Aracely: Kapú, Dominga, Oliver y Mía "Los amo con toda mi alma"
Kapú
Aracely estaba paseando por las calles de Viña del Mar junto a una amiga, de pronto vieron que unas personas estaban dando unos perritos en adopción y no dudaron en acercarse. "El primero que tomé fue Kapú, te juro que sentí una conexión y un amor tan grande. Además, en ese tiempo tenía una depresión, creo que él fue mi salvador, me dio una motivación en la vida. Tenía dos meses, era cachorrito y me obligaba a levantarme, darle comida, jugar con él. Lo primero que hice fue comprarle una cama de mimbre y la puse abajo, al lado de mi cama. Se acostó y no dejaba de llorar, lo tomé, lo puse en mi pecho y se calmó, después siguió durmiendo conmigo", recuerda.
Lamentablemente, cuando cumplió un año comenzó a tener distintas complicaciones de salud. "Le encontraron un tema en el corazón, luego una hernia, alergia, otitis, salió muy, muy delicado. Comencé a tratarlo con distintos especialistas que me han enseñado mucho y también con acupuntura. Kapú me hizo conocer un mundo increíble, pero sufría con sus crisis. En ese tiempo trabajaba en el banco, un día lo tuve que dejar hospitalizado y yo estaba muy mal porque Kapú se enfermaba y me tiraba al suelo llorando con él porque sufría tanto. Quedaba con la mirada perdida y me afectaba demasiado emocionalmente. Ese jefe me dijo la típica frase ´pero si es un perro´, pero para mí no es sólo un perro, es mi compañero, llegó a transformar mi vida. Kapú me salvó, nos salvamos mutuamente en distintos aspectos", dice.
Kapú pronto va a cumplir 16 años ¿Qué significa para ti?
Todo. Cuando estuve con depresión me hizo salir de la cama, me ha hecho aprender mucho de un mundo que yo desconocía completamente. Sigue dando la pelea, pero siento que se ha ido apagando, tiene menos energía, antes jugaba mucho con su hermanito Oliver y ahora no. Además, tiene un tumor en el vaso, hace poco le diagnosticaron una enfermedad que se llama mucocele, por la que se le podría reventar la vesícula. Este año falleció mi mamá y le pedí a Kapú ¡por favor, no me dejes! No soy capaz de enfrentar un dolor más este año. Pero, después lo solté. Un día le dije "te amo, te amo, te amo. Ándate cuando tú quieras". Siento que de una u otra forma está muy agarrado a la vida por mí.
¿Qué te ha enseñado?
La estructura, Kapú es muy estructurado, muy de rutina. Hasta el día de hoy me obliga a tener que levantarme, porque estoy cansada, ha sido muy agotador estos últimos años y él me ladra, no deja de hacerlo hasta que tú haces lo que él quiere.
¿Has tenido alguna anécdota con Kapú?
Me inspiró para armar junto a varios líderes un petitorio, para el Programa nacional de tenencia responsable. Recuerdo que me hicieron una entrevista para La Tercera y nos tomaron fotos preciosas. Pero eligieron una donde él aparecía solo junto a la Presidenta Bachelet como portada. Ahí empezó su fama.
¿Cómo se relaciona con sus hermanos perrunos?
Kapú eligió a Oliver desde el día 1. Ellos llegaron cuando Kapú tenía 10 años y nunca más durmió conmigo. Se independizó (ríe), fue súper duro los primeros tres meses, pero fue la mejor decisión que pude haber tomado y me arrepiento de no haberla tomado antes porque lo rejuvenecieron. Kapú jugaba mucho con Oliver y a Dominga no la quiere porque es muy apegada a mí. Ahora Dominga hace lo mismo con Mía, que es la cachorra de 7 meses.
Oliver y Dominga
Una embajadora de la tienda le contó que estaban dando unos perritos en adopción y decidió que Kapú tuviera una hermanita. "Mi idea era adoptar a la Domi, pero supe que tenía un hermanito, la verdad es que fue por instinto, así llegó Oliver también, pero cada uno tiene su personalidad, ambos tienen epilepsia, son mestizos, son súper distintos y tienen 5 años. Oliver tiene un trastorno obsesivo compulsivo, pero también es muy de poliamor, cuando va a la tienda es como "Aquí estoy, soy todo de ustedes", es el florerito de mesa, le gusta que le hagan cariño y es la debilidad del 90% de las personas que visitan mi casa. La Dominga, es puro mamá, le gusta estar a mi lado. Ella saluda, pero es más tímida, educada, tiene una obsesión conmigo, duerme todas las noches pegada a mí. En cambio, Oliver es más independiente y es el compadre de Kapú".
Mía
Es la menor de la manada, tiene siete meses. "Su mamá murió durante el parto, la adopté en un acto impulsivo. Llegó después de que falleció mi mamá, necesita mucha atención porque no tuvo una mamá que le enseñara. Ha sido como un torbellino, pero es tan tierna a la vez. También llegó mi nieta Celeste, mi budita. Mi hijo se dio vuelta el apellido así que se llama Celeste Cretier. Ambas llegaron a alegrar mi vida en un año que ha sido intenso, ha sido un proceso súper duro porque me ha costado vivir mi luto, no lo he vivido como debería. Ha sido un año muy acontecido".
¿Qué rol han jugado tus animales en este periodo?
Me dan tranquilidad, alegría, paz, me sacan de mi rutina porque soy trabajólica. Siempre están para mí, me llenan de luz, de calma. Los amo con toda mi alma. Me preocupo de ir a terapia, de apoyarme espiritualmente, porque tengo súper claro que ellos muchas veces se sacrifican por uno, tengo conciencia de cuidarlos y eso me hace calmarme un poquito más.
El rol de los especialistas
Los médicos veterinarios han sido una pieza fundamental para el bienestar de Kapú y sus hermanos. "Los especialistas me han ayudado a darle una mejor calidad de vida. La doctora Karen Berg (fisiatra), Ismael Pereira (gastroenterólogo), Javier Green (neurólogo) me han ayudado mucho. Cada uno tiene distintas patologías, Dominga y Oliver (mestizos de Yorky y Westy) tienen epilepsia, temas lumbares, en los hombros, patela. Entonces, la Fran García, que es su etóloga viene y los saca a pasear separados. Kapú sale en coche y lo baja en la plaza para que olfatee, tenga contacto con la tierra, con los olores. Los cuatro tienen problemas al corazón y a tres de mis perritos les hacen fisioterapia dos veces a la semana, vienen a la casa y eso los ayuda mucho con el tema del dolor y su musculatura".
¿Eres aprensiva?
Soy muy aprensiva. Alrededor de las 21 horas ya estoy acostada porque a esa hora se duermen. Son muy demandantes, ellos jamás se quedan solos, siempre hay alguien. Si viajo, aunque vaya al teatro, nunca se quedan solos por su condición de salud, es una elección. Esa es mi realidad, esa es la vida que elegí y las personas que te quieren lo respetan. Me saco la cresta por ellos, para darles la vida que merecen.
Club de Perros y Gatos
Aracely trabajaba en un banco, luego se independizó y armó una corredora de propiedades. Como tutora, al querer comprar cosas para Kapú, se dio cuenta que muchos productos no se vendían en Chile. "Hablé con médicos veterinarios especialistas sobre las necesidades que había, por ejemplo, de tener escaleras, corrales para reposo, coches, los zapatos para prevenir que se quemaran las patitas o que se resbalen porque les hace pésimo. Jamás pensé en tener una tienda física, armé una página para comprar online y un showroom en mi oficina donde las personas podían ir a retirar los productos. Mi idea inicial era ser mayorista y venderles a otras tiendas. La verdad es que Club de Perros y Gatos invadió mi vida completamente desde el día uno, no pude evitarlo. Llegó más gente a comprar de lo que esperaba y fueron las mismas personas las que empezaron a pedir una tienda física, pero financieramente fue muy duro. Anduve con una nube negra mucho rato. Ahora miro para atrás, recuerdo mi primera tienda y la encuentro tan fea y la gente la encontraba bonita (ríe). Mi concepto no se había hecho en Chile, fue algo que nació de mi cabeza, ni siquiera lo he visto fuera, nació en mi corazón".
Hoy tiene 12 tiendas y 160 personas trabajando en Club de Perros y Gatos, en solo 7 años. "Creo que ha sido el hijo que me ha dado más dolores y alegrías a la vez. Si tú me preguntas ¿planeaste este negocio? No, nada de lo que ha pasado en mi vida lo tenía planeado, han sido sorpresas bonitas. Un aprendizaje y un camino bonito. Me gusta que en la Casa Club se hagan charlas, cumpleaños, ahora abrí una Santa Isabel con el mismo concepto. La idea es que se puedan hacer eventos, actividades con fundaciones".
¿En qué se diferencia Club de Perros y Gatos de las otras tiendas para animales?
Es una tienda con corazón. Los proveedores me dicen que somos el referente del mercado, nos convertimos en eso, aunque esas palabras me dan un poquito de pudor. Creo que desde el día 1 la gente sintió, en primer lugar, honestidad en todo lo que hacemos y entregamos. Nos creen, eso es algo que se fue dando de forma natural. Soy obsesiva con la post venta, con el servicio de atención al cliente, en cómo seleccionar a la gente que trabaja. No puedes trabajar en las tiendas si no te gustan los animales. Como tenemos farmacia, tengo una veterinaria en cada una de las tiendas, puras mujeres. Esas doctoras además de asesorar al cliente le enseñan al equipo, los mantienen actualizados, ya que les van enseñando. De lo que más me preocupo es de la amabilidad, y es lo que nos caracteriza, es lo que más me gusta, creo que tiene que ver con que soy sureña. Somos una tienda bien querida, bien respetada, en donde se trabaja para mantener un ambiente de cordialidad transversalmente. Los equipos de venta suelen convivir con malos tratos y en Club nos esforzamos también por educar al cliente y generar una cultura de respeto y empatía.
Fuiste elegida "Empresaria del año" en el Colchagua Business Veterinary...
Sí, cuando me dijeron no lo podía creer, fue un bonito reconocimiento. Lo que más me gustó y lo que más valoré, más que el premio en sí fue que el reconocimiento me lo dieran los médicos veterinarios. Tengo un respeto tremendo por la medicina veterinaria, para mí son muy importantes. Tengo la suerte de contar con muy buenos profesionales que me apoyan y nos queremos mucho.
Nuevos proyectos
Estoy haciendo un libro sobre tenencia responsable que va a recorrer distintos temas. Va a ser una guía para los tutores donde van a poder encontrar información de todo lo que yo he tenido que aprender, ya que Kapú se atiende con 7 especialistas distintos, imagínate. Es algo que quería hace mucho tiempo. Va a ser un libro ilustrado, bonito, para que también lo puedan leer los niños y quiero que llegue más allá de Chile, porque va a ser una guía que va a ayudar a mucha gente.
Te preocupas del bienestar de los animales ¿Qué te pasa cuando ves casos de maltrato?
Estamos muy al debe, lamentablemente el país está pasando por una de las crisis más importantes de su historia. El maltrato debería tomarse más en cuenta porque soy una convencida que empiezan maltratando animales y terminan maltratando o matando personas. Hay estudios que lo indican y en Chile no los han considerado.
¿Te gustaría dar algún mensaje?
Sí, creo que el primer mensaje es que cuidemos nuestra salud mental porque afecta a nuestros animalitos. No juzguemos tanto, tenemos que ser un poquito más empáticos, amables. Aprender más de nuestros animalitos y por sobre todas las cosas, cuidarlos, amarlos, son un compromiso para toda la vida, no es una frase cliché. Tener un animalito es para toda la vida, son nuestra familia. Podrán decir que es algo comercial, pero nosotros invitamos a que les hagan regalos de Navidad, porque ellos también se emocionan cuando reciben un regalo. Actúan como niños, son seres muy especiales.
Fotógrafo: José David Espinoza @yoefilm -Dirección de arte: José Miguel Peña @Josemferrari - Asistencia de fotografía: Valentina Rojas.