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Guacamayas: De especie invasora a iconos citadinos

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Estas aves son icónicas en la ciudad de Caracas, sin embargo, la historia de su arribo a la capital venezolana no es para nada grata.

Estas aves son icónicas en la ciudad de Caracas, sin embargo, la historia de su arribo a la capital venezolana no es para nada grata.

Por Veronica Cardona de Santiago

Oriundas de América del Sur, las guacamayas inundan Caracas con sus colores vibrantes y su estruendoso sonido. A pesar de que se volvieron aves de ciudad, sus orígenes no yacen en esta, debido a que fueron introducidas como mascotas hace menos de 40 años.

En un principio se fueron escapando de las jaulas donde las tenían o fueron dejadas en libertad, transformando así las montañas del Parque Nacional Ávila y el Parque del este en su nuevo hogar. Sin embargo, por las intervenciones humanas, su fácil reproducción y la necesidad de buscar alimento se vieron obligadas a desplazarse por toda la ciudad.

No tienen una alimentación específica, puesto que cada persona o familia les da lo que quiera, aunque esté recomendado no alimentarles. Por otro lado, su dieta son  principalmente las frutas de los árboles caraqueños; como plátanos y semillas; comúnmente de girasol. De este modo, se ve afectada su esperanza de vida debido a la malnutrición generada por estos alimentos.

En Caracas existen 4 especies de guacamayas, y se dice que “Maracaná” en la raza que se originó en la ciudad producto de la reproducción y mezcla de las aves con más antigüedad. Estas son principalmente verdes con algunas plumas rojas y azules.

La moda de tenerlas como mascotas empezó cerca de 1970 cuando los venezolanos empezaron a hacer turismo por el Amazonas, por lo que al darse cuenta de que son muy inteligentes, imitadoras fascinantes, que además tienen colores llamativos y tan característicos, las trasladaron a la ciudad. 

Su esperanza de vida es muy baja, esto debido a las diferentes contaminaciones que hay en la ciudad; sónica, ambiental y sobre todo la acumulación de basura. No obstante, no hay cifras específicas de su tiempo de vida, ya que están en libertad y no son controladas  o estudiadas por ningún ente, ya sea gubernamental o privado. Sin embargo, no se conoce a ninguna de estas aves que sea realmente “vieja”; es decir, que tenga más de 15 o 20 años, entendiendo que pueden llegar a vivir un poco menos de 5 décadas.

Foto de Korhan Erdol en Pexels.

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