Las carreras de galgos son una forma extrema de explotación. Estos perros pasan la mayor parte de su vida en condiciones deplorables: hacinados, sin atención veterinaria adecuada y expuestos a parásitos, infecciones y desnutrición.
En la pista, corren el riesgo de sufrir fracturas en sus patas y cuello, además de paros cardíacos, y cuando ya no son "rentables" (aproximadamente a los 5 años), muchos son abandonados, sacrificados o enviados a criaderos para su reproducción forzada.
Aunque aún no hay una fecha exacta para la prohibición, las autoridades aseguran que trabajarán en su implementación lo antes posible.